Después de permanecer por más de 10 años tras las rejas, Jesús Antonio Salas Mercado, un hombre señalado de asesinar de manera accidental al niño Frank Joe Pastrana Martínez, de 8 años, en hechos que se presentaron el 10 de septiembre de 2012, hoy decidió pedir perdón por ese crimen y reconoció el daño y dolor que le causó a los familiares de la víctima así como el mal ejemplo que este hecho generó en la sociedad residente en este puerto Carvajalino.
Desde una prisión ubicada en el interior del país Salas Mercado dijo que todos estos años encerrado en una cárcel lo ha hecho reflexionar y muy a pesar del tiempo aún lleva dentro de sí una herida que jamás sanará pues nunca tuvo la intención de arrebatarle la vida a un niño inocente y que esta situación debe servir para dejar en claro que la ira y el porte de un arma de fuego de manera irresponsable trae graves consecuencias.
Para Salas Mercado, que era conocido como “Tony” y que hoy en día cuenta con 42 años, su arrepentimiento es total y decidió levantar su voz para pedir “perdón, perdón, perdón” y reconoció que no solo el daño se lo causó a los allegados al menor muerto sino también a su familia en especial a sus hijos, quienes también eran niños para el tiempo del homicidio por lo que perdió la oportunidad de verlos crecer y ese tiempo jamás lo podrá recuperar así como la vida de Frank Pastrana Martínez.
Así fue el crimen
Ese fatídico 10 de septiembre, revólver en mano Jesús Antonio Salas Mercado y su hermano Erick David Salas Mercado llegaron en una moto hasta el barrio Belisario, sur de Magangué, en busca de un hombre que residía en ese sector para hacerle un reclamo por una deuda.
Cuando el individuo vio a los Salas Mercado decidió huir del lugar e ingresó a una vivienda, pero fue perseguido y en medio del hecho Jesús Antonio disparó con tan mala suerte que atinó a darle en la cabeza al niño Frank Pastrana, quien jugaba con otros menores y este herido de muerte fue auxiliado y llevado hasta un centro asistencial de la ciudad donde dejó de existir.
Por su parte los hermanos huyeron del lugar y el 18 de octubre de ese mismo año en el corregimiento Travesías, zona rural del municipio de Sucre (Sucre), que está ubicado en la región de la Mojana, fueron detenidos, puestos a órdenes de las autoridades y condenados por este hecho de sangre.