La Cuarta Via

¡Cuidado! Una modalidad de extorsión extendida por varios países en el mundo llegó a Magangué y deja varias victimas

En la Cuarta Vía

Se trataría de una extorsión ligada con un falso servicio de acompañantes publicitado en varias webs y que ya tienen portafolio de mujeres para el municipio de Magangué. Por lo menos tres casos se han presentado en Magangué.

Los incautos, a través de distintas páginas web, inician contactos con mujeres con el fin de obtener un servicio sexual o de compañía. Tal servicio no se da por cualquier circunstancia. Después comienzan a recibir amenazas telefónicas y por aplicación de mensajería, sobre todo WhatsApp exigiéndoles grandes cantidades de dinero, tanto en efectivo como por transferencia bancaria, si no querían que publique una imagen como presunto violador y enviarlas a la familia.

Los casos conocidos inician con un mensaje por Whatsapp, de un número desconocido, allí le escribe una supuesta mujer dedicada a la prostitución, quien lo acusaba de “no cumplirle con un servicio” advirtiendo que, de no pagar, dañaría su vida y su reputación.

“Y le vamos a mandar esto a su esposa, a sus hijos y a todo su núcleo familiar y a todas las personas cercanas. Por ejemplo, en la página del sitio web Pander, que encontramos en la solicitud "putas Tijuana" , en los comentarios a los perfiles encontramos reseñas sobre este tipo de estafas. Los clientes de las prostitutas se quejan de que la chica les pidió un prepago en una tarjeta bancaria, tras lo cual apagó el teléfono. Encontramos reseñas de este tipo en varios cuestionarios, que se caracterizan por un precio bajo. Un precio bajo es un indicador de sospecha de fraude. Vamos a publicar todo en redes sociales, porque tenemos personas más que van a compartir esto y lo van a hacer viral”, relata una persona afectada sobre el contenido de los mensajes.

Luego aparecen quienes aseguran ser los jefes de las chicas, enviando mensajes amenazantes que solo cesarían si pagaban una cantidad de dinero. Con un tono de fuerte amenaza.

Según se ha podido determinar, son grupos delincuenciales donde ellos mismos hacían de prostitutas, también de jefes. Los anuncios eran ganchos para captar víctimas. Los clientes, tras interesarse por los servicios sexuales ofrecidos en anuncios falsos de diversas páginas, recibían mensajes amenazantes desde un número que no conocían. Se presentaban como supuesto jefe de las chicas -que a su vez tenía más jefes- y les recriminaban haberles hecho perder el tiempo.

Son sin duda redes de delincuentes que han masificado un tipo de extorsión que se ha generalizado en varios países del mundo. Los extorsionados, por evitar que sus allegados supieran que habían contactado con prostitutas o por temor a un riesgo real para su vida o para la de su entorno cercano, accedían al pago mediante transferencias bancarias, proveedores de servicios de pago o códigos de dinero. Pero, hacer el pago no significaba terminar con todo. Los detenidos exprimían al máximo a las víctimas tratando de obtener el máximo beneficio económico posible.

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