La Cuarta Via

Democracia de ladrillo, tejas, trago, billete y denuncias sin sustento

En la Cuarta Vía

Por: J. J. Rubiano*

Corrupción de elector: (art. 251 C.P.) El que pague dinero o entregue dádiva a un elector para que consigne su voto en favor de determinado candidato, partido o corriente política, vote en blanco, o se abstenga de hacerlo. Incurrirá en prisión de uno a cinco años y el elector que acepte el dinero o la dádiva con los fines señalados en el anterior enunciado incurrirá en prisión de seis meses a dos años.

Traigo a colación este articulo porque con el inicio de la campaña electoral en donde se escogerán mandatarios locales, se inició también una práctica de muy vieja data en nuestra costa colombiana como es la de comprar por medio de dadivas el voto al elector primario.

Pero pareciera que a sabiendas que es un delito, tanto a los políticos, como a los electores poco o nada les interesa la norma.

Hay que decir que no son todos los políticos, son solamente los que cuentan con los recursos necesarios para poder comprar la conciencia de los sufragantes, pues la verdad es mucho el dinero que cada cuatro años, para esta actividad tienen que destinar los aspirantes a cargos de elección popular, especialmente a gobernaciones y alcaldías.

Pero es tan corrupto quien ofrece dadivas por el voto como aquel que las acepta.

Siendo sinceros, cuando esta perversa práctica se inició, fueron los políticos quien la colocó en práctica, pero hoy –y con la situación económica que vive el país- es más los casos en donde son los electores los que piden dadivas para votar.

Y quedaron tan acostumbrados que si no les entregan dadivas, no votan. Lamentable pero es una realidad que no podemos ocultar.

Quienes más añoran que llegue esta época electoral, son los comerciantes, especialmente los dueños de ferreterías, farmacias y licores. Los dos primeros porque es en esta época en donde la venta de cemento, laminas y medicina se incrementan de una manera desmesurada y lógicamente sus mejores clientes son esa clase política.

Pero también se incrementa la venta de licor, eso si no del fino sino de baja calidad, pues reunión política que se respete, reparte uno que otro traguito a sus asistentes.

Y ni se diga de las denuncias mal  intencionadas, unas verdaderas y otras falsas, que de manera anónima comienzan a aparecer de los diferentes candidatos y que en la mayoría de las ocasiones provienen de sus contendores, que con ellas buscan minar su idoneidad para el cargo al que aspira.

¿Y entonces a donde quedaron las ideas y propuestas?

Esta es una gran verdad, que por dura que resulte hay que decirla y  es así. Es por eso que cuando los elegidos llegan a sus cargos, inician su labor es pensando en cómo recuperar la inversión que hicieron para llegar allí y no en la ejecución de obras de beneficio para la comunidad.

Cambiar este tipo de prácticas está en nosotros mismos, de lo contrario seguiremos siendo el mismo país corrupto que hoy somos.

*Consultor y Asesor Político, Comunicaciones

Y Organización de Campañas Electorales

Email: jjpipo973@yahoo.com

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