Por: J. J. Rubiano “Desde la Orilla Del Mar”
De acuerdo con el diccionario el significado de la palabra dignidad es: “Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden”.
Pues bien, de acuerdo con esta definición podríamos decir -sin temor a equivocarnos- que el gobierno que orienta Duque, hasta la dignidad la perdió.
Y no lo decimos simplemente por decirlo sino porque sus acciones así lo demuestran. Sin sonrojarse siquiera, sin temor a quedar en el ridículo y enfrentado al escarnio público, el presidente colombiano pasará a la historia por ser uno de los peores desde que se inició nuestra patria como República.
Prácticamente todo de cuanto prometió en campaña que no lo haría, lo está haciendo sin siquiera sonrojase y burlándose así, no solo de sus electores sino de todos los colombianos, pues fue elegido como presidente de los colombianos y no como mandatario de los integrantes de su colectividad, el CD, o sus amigos cercanos.
Dijo que durante su mandato habría más trabajo y menos impuestos y la realidad ha sido totalmente contraria. De salida “clavo” a los colombianos con una reforma tributaria de las más duras que se recuerde en materia económica en el país.
Se llenó la boca en la plaza pública y en privado, afirmando –grabado esta- que estaba en contra de la práctica del fracking en el territorio nacional, y ya arrancó en forma el primer proyecto exploratorio de crudo bajo esa modalidad en la zona del Magdalena medio.
No hablo del cumplimiento de los acuerdos de paz, pues era bien sabido –y eso si lo está cumpliendo- que este gobierno no estaba de acuerdo con ese proceso y que buscaría la forma de hacerlos trizas, como efectivamente lo están haciendo.
No hubo discurso, intervención radial o televisada, entrevista para medios escritos o en la plaza pública, donde el actual presidente no se ufanará que su principal acción de llegar a la presidencia, sería la de acabar la “mermelada” que alimenta la corrupción en nuestra nación.
Todas esas buenas intenciones no fueron sino planteamientos “engaña bobos” para conseguir los votos –además de otras como la “ñeñe”- necesarios que le permitieran llegar al cargo de presidente, pues de ellos como se ve ninguno ha cumplido.
Es vergonzoso ver como este gobierno hace nombramientos para pagar favores a sus aliados políticos, sin medir las consecuencias –no de lo que piensen los medios de comunicación- de lo que los mismos le puedan causar a la institucionalidad, que por lo visto también le importa poco al mandatario colombiano.
Por ejemplo, nombrar en una posición consular a la hija del senador Carlos Felipe Mejía, sin ninguna experiencia en la diplomacia y pasando por encima de personas en carrera simplemente por pagar favores políticos o porque la torta quede solo entre los “amigos”, de verdad no tiene sentido.
Y como ese ha habido muchos nombramientos en el sector público, que dejan claro que el “campeón” de la “mermelada”, sin lugar a dudas es Duque.
Pero el colmo fue el nombramiento de la hija de la ex ministra Arango, como codirectora de banco de la República, un cargo al que deben llegar personas con una gran experiencia en el manejo de las cifras macroeconómicas, pues al fin y al cabo son los encargados en marcar de derrotero de las políticas económicas de la nación.
Si bien es cierto esta joven es economista, no tiene la experiencia para un cargo de esta envergadura y llega al mismo simplemente porque su mama fue ministra del interior y hace parte del primer anillo de los “amigos” del ex senador Uribe, quien tras bambalinas mueve los hilos del poder en este país.
Qué vergüenza con hombres de la talla de José Antonio Ocampo, Carlos Gamarra, Salomón Kalmanovitz o Rudolf Hommes, solo por nombrar algunos de los codirectores que ha tenido el banco emisor, que hoy personas sin la experiencia que ellos tenían en su momento, sean las que estén al frente de la ruta en materia económica del país, en una muestra clara del nepotismo vigente en Colombia.
No hay que olvidar que el nepotismo es un verdadero cáncer y aquí el gobierno bajo su sistema esta privilegiando al amiguismo sobre el talento. A los cargos de la función pública deben llegar los mejores y aquí no se está cumpliendo.
El gobierno está haciendo totalmente lo contrario y con esa acción demuestra es el desprecio por el pueblo y la codicia por lo individual.