La Cuarta Via

Después de las elecciones, otra lección aprendida

En la Cuarta Vía

Por Nicolás Díaz Cueto

Vaya sorpresa que me dieron los cartageneros, entendía que el tema de la corrupción tenía un efecto teflón en esa ciudad, hacían años no veía una demostración de rebeldía política contra los clanes que se habían adueñado de la gobernación; ya la alcaldía tenía precedentes, el de Judith Pinedo y en su momento también figuras como Manolo Duque igualmente Elías Terán, ellos representaban para el ciudadano alguna buena intención.

De verdad me alegro, el voto en blanco ganó en la gobernación, algo pasa, y ojalá sea una ola que se pueda replicar en todo el departamento.

Por eso, intentaré mirar un poco lo que sucedió en el caso de Magangué, creo fue lógico ese resultado, triunfa el candidato oficialista Cabrales por encima de una fuerte campaña del grupo de los Arana; aquí el caso es que son dos clanes en un pulso concreto de dos maquinarias políticas.

Fue más el reconocimiento a una gestión de gobierno aceptada por la gente, a reconocer también decisiones positivas como la alianza con los Franco, o los acuerdos de una dirigencia política más dinámica electoralmente en el sector rural, o la de abrir la participación a sectores sociales con buena imagen, o la de mostrarse como el candidato víctima de la humillación; claro, también lo equivocada, para mí, de la estrategia de los Arana, que se vistieron de un discurso anticorrupción que no les quedaba, o de tranzarse al golpe por golpe cuando lo que esto produce es más confusión, generar una polarización de las que no estaban preparados, y de tener un candidato que no aportaba mucho.

A diferencia de Cartagena, donde la gente se volcó con el voto protesta; acá, la decisión pasó por elegir al que creía el ganador entre dos pesos pesados; pero ¿por qué no se reflejó una intención de ese aire de protesta en Magangué?, sencillamente porque tampoco se veían serias opciones, por lo menos la gente no conocía bien a estos alternativos. Quizás dentro de cuatro años llegue esos vientos, pero es el camino de la administración que inicia el que decidirá si se llega a lo mismo que en la capital.

En el caso de los Arana, deberán reinventarse; está es una dura lección, pero muy significativa para sacar algunas conclusiones; la apuesta de una estrategia realmente electoral basados en cualidades, propositiva y visionaria, pulida desde lo real y que sea representada desde la credibilidad del candidato y no de los asesores, esta era una campaña muy ficticia, basada desde la bulla publicitaria, mensajes confusos y desde el gol por golpe, una fórmula que no va.

Igualmente, una mala lectura del mapa político y de la foto electoral del momento con encuestas raras, a propósito, el amigo Roenes de la Cuarta Vía me mostraba a un mes de las elecciones un sondeo donde existía un empate, fue entonces en el transcurso de ese último mes que se decidió un buen numero de electores, y esos optaron por el voto útil hacia a quien creían como ganador, y otra vez la magnitud de la movilización jugó un punto importante, un error que se repite después de cuatro años.

La publicación de la encuesta de El Universal fue una respuesta tardía, a un escenario que ya estaba confuso y saturado para el ciudadano; y a un golpe de vista más creíble para ellos.

Comienza otro camino, parece una eternidad cuatro años, pero no, en dos años nuevamente estaremos hablando de posibles candidatos a la alcaldía, y les recuerdo a todos hoy se elige por un voto personalizado, para mí esto es lo más importante para el debate electoral, lo demás es esperar un voto reacción como en Cartagena o una pelea de gigantes como en Magangué, y esto va para todos los grupos políticos.

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