A raíz del coronavirus y su impacto mundial, por redes circulan teorías conspirativas de todo tipo: desde que el virus es una creación China para obligar a todos los gobiernos del mundo a que Huawei desarrolle la construcción de sus redes 5G para así poder luego espiarles, hasta que es una guerra biológica liderada por los Estados Unidos para enriquecerse luego con una vacuna que ya tienen, pero no quieren sacar aún al mercado. Las teorías existentes son innumerables, pero todas parten del pánico colectivo que hay detrás del virus.
Entonces, es bueno preguntarse, ¿quiénes ganan propagando interesadamente este pánico? Encabeza la lista de sospechosos, la industria farmacéutica y toda la cadena de suministros orientados a la “protección” ante la onda expansiva viral. Esta especie de paranoia colectiva provoca hemorragias de presupuestos públicos y privados, que causa trastornos en las políticas públicas y en la calidad de vida de la población.
Un ejemplo es la empresa francesa Novacyt, creadora del test para detectar el COVID-19, el coronavirus causante de la epidemia originada en China, su escalada en la Bolsa de París fue impresionante, donde las ganancias en lo que va de año rozan el 1.000%.
Otra empresa que se ha beneficiado es Gilead Sciences, una de las biotecnológicas más grande del mundo y miembro del S&P500, esta firma investiga, desarrolla y comercializa medicamentos. La compañía se centra principalmente en los medicamentos antivirales utilizados en el tratamiento del VIH, la hepatitis B, la hepatitis C, la influenza y ahora el coronavirus.
La lista sigue para empresas dedicadas a los desinfectantes para manos, el pánico colectivo ha hecho que cadenas de farmacias hayan implementado un límite de venta de dos desinfectantes para manos por cada compra. En Estados Unidos estos productos subieron más de 70% en febrero, según un informe publicado por la consultora Nielsen.
Los consumidores asiáticos también han estado almacenando productos de higiene personal a raíz del brote y en Italia y España se ha disparado la venta de jabones.
Por otro lado, las empresas dedicadas a la fábrica de mascarillas entre otros productos, en EEUU la empresa 3M, el gobierno estadounidense anunció un nuevo contrato con la firma.
Las fake news
Pero a la par de este movimiento millonario que ha traído consigo el coronavirus, también llegaron las falas noticias y su propagación en las redes sociales. Ayudan las teorías de publicaciones con cierta credibilidad, como fue el caso del artículo “Beijing knows who to blame for the virus: America” “Beijing sabe a quién culpar por el virus: EE.UU.”, publicado el pasado día 2 de marzo, por la revista Foreign Policy, bajo la autoría de James Palmer, Editor en Jefe de dicha publicación, donde se denuncia el supuesto manejo intencionado de China y sus autoridades al tema del coronavirus.
Por otro lado, otro medio estadounidense, el Wall Street Journal, publicó otro artículo titulado: “China es el verdadero hombre enfermo de Asia” en el que abiertamente se culpa a la República Popular China por el brote del nuevo coronavirus, planteando varias teorías conspirativas.
Igualmente, la televisión rusa RT entrevistó al biólogo Igor Nikulin, que fue presentado como un exmiembro de la Comisión de Armas Químicas y Biológicas de la ONU. Éste dio a entender que detrás de la epidemia estaba Estados Unidos. Asimismo, sugirió que hay una conspiración de un “gobierno global” formado, según su teoría, “por 200 familias que controlan más de 400 billones de dólares”, que son “dueños de los medios de comunicación y Hollywood”, que quieren “controlar las mentes de la humanidad”, y que buscan “disminuir la población mundial en un 90%”.
¿Los chinos detrás?
Detrás del coronavirus y la guerra por detenerlo, se abrió la otra guerra, la de imagen propagandista, aquí si ya aparecen los gobiernos y sus aparatos y estrategias de manipulación.
China, quien ya alardea la contención del virus, plantean a Xi y al país como el modelo mundial, pese a los errores iniciales (que generaron una oleada de críticas inaudita).
Pero aún está por ver, eso sí, cuál será el golpe económico del coronavirus en China y cuándo, definitivamente, saldrá de la epidemia.
En febrero, la industria manufacturera del gigante asiático cayó a su nivel más bajo desde 2005 y algunos economistas, como Larry Hu, especialista de la economía china del Macquarie Capital en Hong Kong, auguraron a principios de mes que Pekín podría registrar una contracción en el primer trimestre “por primera vez desde la Revolución Cultural”.
Inversiones en oro
Las perspectivas para el oro son formidables, dado que su precio no crece solo debido al efecto coronavirus, sino que la política monetaria mundial le beneficia, la mayoría de bancos centrales de las principales potencias del mundo tiene actualmente tasas de interés bajas, al haber tasas bajas, el inversionista busca otras alternativas, el oro es una de ellas.
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