La Cuarta Via

El coronavirus solo será una lección que hoy entendemos, pero mañana olvidaremos

En la Cuarta Vía

Por Nicolás Díaz Cueto

Al final, y después que se distribuya y aplique la vacuna, la temible pandemia del Covid-19 será un nuevo dato que se incorporará a la historia reciente de la humanidad, dirán los libros que será uno de los motivos de la terrible recesión económica de los finales de los años 20 y comienzo del 21, el otro motivo será el frenesí que produjo la última guerra por el petróleo y la desconfianza económica y biológica de los gobiernos.

Los 50 mil fallecidos, será el dato que magnifique lo que el mundo vivió con el coronavirus, y los textos dirán que por unos meses el mundo cambio, pero al final la humanidad venció, que los pueblos se unieron y lograron derrotar a un gran enemigo que nos recordó las cosas simples y básicas del ser humano en el entorno de una familia, y que pudo marcar una nueva forma de entendernos con la naturaleza y generar una nueva dinámica social más humanizada, por unos meses fuimos idealistas y devotos.  

Aparecerá la reedición del ranquin de los más ricos del mundo, a ella se incorporarán algunos nombres relacionados con la investigación biológica y el mercado farmacéutico, las gracias y los memes con canticos de victoria nos darán temporalmente la sensación de la gran sapiensa del hombre, todo será una epopeya que antecederá otra vez los días normales y la vida continuará retomando su apocalíptico destino.

Lo siento señores, al contradecir esas teorías que dicen que el mundo será otro después del coronavirus, que hay un antes y después de la pandemia, que entenderemos por fin que algo estamos haciendo mal con la naturaleza, no es así, la vorágine necesidad de continuar hacia la ficción no se va a detener, el ambicioso ser más imperfecto sepultará cualquier problema existencial, la pandemia social de sentirnos dueño del mundo a través de las redes sociales será mayor, y la lucha por los poderes políticos, por un dizque mundo perfecto a través del cambio, será más cruel, más vehemente, más radical, más letal que el coronavirus.

No es una negra profecía, no es una visión apocalíptica, es sencillamente repasar la historia, y mirar un presente para describir el mañana que todos conocemos, no va a cambiar nada, el mundo piramidal que conocemos ampliará su base y alcanzar la puntita será más difícil, bienvenidos al nuevo reto que se impondrá la humanidad “estar más conectado con nuestra responsabilidad”, aunque eso sea un sofisma que no entendamos realmente que quiere decir.

Cuando la locura nos invada el diario vivir, llegarán cíclicamente otros hechos que harán olvidar definitivamente estos días de sosiego, alguien dirá que esta trompeta que empezó a sonar de los siete ángeles no significó la ruptura del primer sello, así como conocemos el coronavirus hoy será una charla con nuestros nieto mañana, igual que cuando hablamos de un eclipse, y todo porque ellos vivirán a su modo su propio coronavirus.

Las lecciones que hoy entendemos y que mañana olvidaremos que nos deja el coronavirus para algunos serán vitales como recurso individual de superación; les tengo que contar que me ha dado la oportunidad de conocer lo importante y lo prioritario de lo que tengo al lado, les juró que lo había perdido de mi visión en el mundo, como una hipermetropía social, lo que celebró es que esta emergencia, más que sanitaria, es existencial, y para mí son los lentes que necesitaba, pero para el mundo será otro dato más en la historia.

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