La Cuarta Via

El “periodismo” reducido a los likes, sensacionalismo, polarización y al protagonismo peligroso

En la Cuarta Vía

Por Joseph Roenes Galvis

Atrás quedaron los periodistas que se suscriben al relato de una verdad bien contada, investigada, contextualizada, creíble y con la pura intención de solo informar, hoy vemos retazos de buen periodismo en pocos nombres que demuestran que ha pesar de la crisis de valores, de profesionalismo, de pandemia, y lo que quieran, es posible concebir que el periodismo ha logrado evolucionar en medio de una vida atropellada por la tecnología.

Soy de los que al hablar de periodismo lo escalo en el solo concepto de una actividad marcada por la responsabilidad y la objetividad, independiente del medio que utilicemos, esa será siempre la diferencia que existirá entre un verdadero periodista y los muchos que ostentan un cartón o un carnet, o los que se creen dueños de la verdad, o los que publican en redes sociales apartados de esos conceptos y de la intención de informar, solo teniendo como objetivo el ser ellos la noticia, y aún peor, apegados al famoso “el fin justifica los medios”, estos son los otros “periodistas”, auto catalogados así, aprovechando los nulos limites que genera está profesión.

Ya no vale criterio autocritico, valen los aplausos de los amigos y seguidores; ya no vale contar la verdad, vale decir mi “verdad subjetiva”; ya no vale pensar en el otro, vale joder al otro; ya no vale informar, vale publicar por otras razones; ya no vale el periodismo, vale utilizar cualquier medio para expresar con lo que yo gano.

Esta tendencia es cada vez mayor, la siquis de esa persona tildada de “periodista”, este donde este, quedó envuelta en los mismos riesgos a los que se enfrenta cualquier persona dentro de una sociedad con serias rupturas en su composición sociocultural; la influencia marcada del poder económico y político, el ego de celebridad que ejercen las redes sociales, el modelo sensacionalista de mercadeo, el de caer en los absurdos criterios de la polarización política, no escapa este ejercicio al problema habitual que tenemos como ciudadanos de carne y hueso, es más, es exponencial y peligrosamente activo en nuestra sociedad.

Realmente poco nutritivo a la mente y al alma es leer o escuchar muchos de estos “periodistas”, pero aún así, genera escalofríos el poder que hoy se ostenta detrás de los “medios”, incluyendo redes sociales, porque es verdad que nuestra sociedad no tiene la capacidad de discernir, o ejercer un pensamiento crítico frente a este otro problema de anomia social que tenemos.     

No pretendan que haga una lista de estos “periodistas” porque además sería muy larga, pero los hay desde la localidad donde escribo, es decir, los provincianos, también desde la capital, en este caso Cartagena, donde el número se multiplica por mil, y a nivel nacional, donde los regordetes de la información hacen lo mismo que los periodistas de la provincia, solo que tienen más like y seguidores.   

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