De acuerdo con los datos del barómetro anual de confianza de Edelman, compartidos por Axios, la confianza en los medios sociales ha alcanzado un nuevo mínimo histórico del 27 %. Es decir, más de la mitad de los americanos no confía en los medios de comunicación.
Este dato, bastante alarmante si se tiene en cuenta que la prensa libre es pilar fundamental de la democracia, no es sorprendente. De hecho, también se reveló que se está perdiendo la confianza en las instituciones, líderes políticos y periodistas de todo el mundo.
De un tiempo para acá, con la irrupción de las plataformas sociales e internet como espacios importantes para el establecimiento de medios alternativos, la prensa tradicional perdió el monopolio de la información.
Si bien la publicidad en internet ha afectado a los medios tradicionales, la peor consecuencia no pasa por el tema monetario, sino por el de credibilidad. Los americanos confían cada vez menos en las plataformas informativas tradicionales, o al menos así se refleja en el estudio citado.
Esta poca confianza en los medios de comunicación se suma al, por ejemplo, deterioro de la credibilidad de la clase política y, al mismo tiempo, de las instituciones democráticas.
De acuerdo con Axios, «El 56 % de los americanos está de acuerdo con la afirmación de que “los periodistas y reporteros intentan engañar a la gente a propósito diciendo cosas que saben que son falsas o grandes exageraciones”».
Al mismo tiempo, «El 58 % piensa que “la mayoría de las organizaciones de noticias están más preocupadas por apoyar una ideología o posición política que por informar al público”».
La desconfianza está, sobre todo, en el bando republicano. Algo lógico si se considera que la mayor parte de los medios de comunicación masivos y tradicionales son más afines a las ideas progresistas. Pero hay un dato que es revelador: muchos demócratas tampoco confían en las empresas de noticias tradicionales.
La prensa de provincia en Colombia
La Fundación Colombiana de Periodismo ve con alarma que la mayoría de los periodistas no tiene vinculación laboral con los medios, particularmente en capitales departamentales, ciudades intermedias y municipios de relativa importancia.
Mucho tiene que ver esta situación con la asfixia financiera que se desprende de la concentración de pautas comerciales en los grandes medios.
En la llamada “provincia” del país, las emisoras de radio y los canales de televisión trasladan a los periodistas la responsabilidad de conseguir anuncios y dar resultados económicos para ambas partes, con una “debida obediencia” informativa a gobernantes y grupos políticos regionales a los cuales no se debe criticar o denunciar por eventuales irregularidades administrativas.
Medios y periodistas sometidos al favor comercial de grupos políticos y administraciones locales que afectan los derechos y las libertades de empresa, de prensa y de trabajo, consagrados en la Constitución Nacional.
No se trata solo de las amenazas de grupos armados y de políticos corruptos contra periodistas: Periódicos, emisoras y canales regionales han despedido periodistas en los últimos meses con el argumento de haber “violado” políticas de esos medios de “no atacar” a los alcaldes y a los integrantes de los concejos municipales.
Para que las libertades relacionadas con el ejercicio periodístico no desaparezcan, proponemos un examen de las causas de esta crisis y, entre otras, queremos señalar por su impacto inmediato y directo sobre la calidad de la información, la relación entre periodismo y empresa que, en las prácticas más tradicionales, era de subordinación de lo económico a los periodístico. Hoy esa relación se ha invertido y provoca fenómenos como el de la reducción del periodista a la condición de un trabajador informal.