Elayda Bravo Atencia, quien reside en el barrio San Pablo, de Magangué, está viviendo su propio calvario a causa de las medidas que se han tomado a fin de frenar la propagación del Covid-19 en esta población.
La mujer le explicó a este medio que ella junto con su hijo de 22 años, su esposo, que es un adulto mayor, y su otra hija, quien padece de retraso mental, se encuentran atrapados en su vivienda por lo que están sobrellevando la situación gracias a la “misericordia de Dios”.
Para esta mujer la situación con el paso del tiempo empeora y el mercadito que le dieron y un bono de 75 mil pesos se les acabó en un abrir y cerrar de ojos y hoy se encuentran literalmente “pasando trabajo”.
Aseveró que su hijo y su esposo, quien es chofer, están desempleados y lo peor es que no pueden salir a ganarse el día a día gracias a la cuarentena decretada a fin de frenar la propagación del Covid-19.
Ella por su parte tampoco puede salir a “rebuscarse la vida” por temor a contagiarse con el coronavirus por lo que el lugar de residencia de esta humilde familia se ha convertido en una cárcel.
Por esta situación tan grave por la que atraviesa la mujer pidió que se le ayude con alimentos para seguir adelante con su familia y demandó una ayuda especial para su hija: una silla de ruedas.
Entre sollozos Elayda dijo que le preocupa la situación y pide la ayuda de las autoridades.
