Por: Carlos Paba García
Ni las autoridades, ni los noticieros, ni las redes sociales, ni las experiencias tristes contadas desde medio mundo han hecho entrar en razón a la población colombiana en torno a la medida de aislamiento y de precaución ante la situación de pandemia que se enfrenta.
Se ha utilizado fotos, videos, lágrimas, canciones, predicaciones, vivencias, esquemas, escritos, reflexiones, mapas conceptuales, datos estadísticos de países que no tomaron conciencia, memes para advertir de la seriedad del caso. Sin embargo, en muchas ciudades, pueblos y veredas todo sigue igual, las personas siguen saliendo, los jóvenes continúan jugando en los parques, calles y la mayoría hacen burla de la crisis mundial.
Pero ¿Por qué muchos salen de su casa? ¿Por qué en muchos pueblos todavía las personas no toman medidas de precaución? Para esta última pregunta hay dos posibles respuestas: ignorancia o arrogancia. Para la primera hay múltiples respuestas:
Salen de la casa, los que tienen necesidad de dinero de cada día, salen los que tienen que comprar alimentos o productos necesarios en el hogar, salen los que tienen necesidad de vender algún producto, salen los que tienen necesidad de trabajar (conductores, vigilantes, agricultores, médicos, enfermeras, personal de aseo, policías, ejercito, camioneros como también todo trabajador relacionado a los anteriores puestos) y salen los que tienen necesidad de observar cómo va el mundo, los que precisamente se inventan cualquier excusa para salir, estos son los que menos se protegen y que por los cuales el mal se prolifera aún más.
Hay una paradoja aplicable a la anterior situación: los que están afuera quieren entrar y los que están adentro quieren salir.
Este fenómeno (desobediencia –inconciencia) lo enfrentan muchos personajes; por ejemplo: los docentes, cuando desean que sus estudiantes aprendan y se interesen por las asignaturas se enfrentan a todo tipo de obstáculos, los padres de familia cuando quisieran que sus hijos tomaran en cuenta sus consejos y sugerencias pero los niños hacen todo lo contrario. Obvio que después de que la familia y la educación han fallado, hoy como sociedad se necesita raciocinio se falla y no se tiene la respuesta deseada.
Pero entonces ¿qué es lo que las autoridades, medios de comunicación, sociedad e iglesia deben hacer?
Las autoridades deben utilizar su poder, pero no solo el represivo – disuasivo, también el de los programas económicos y sociales. Por ejemplo, toda persona que se encuentre fuera de casa sin justificación válida perderá el beneficio de recibir ayudas (por el tiempo que se determine).
Los Medios de comunicación deben aplicar lo que se ha denominado psicología inversa, lenguaje verbal y no verbal irónico. A este tipo de personas rebeldes, las órdenes directas no funcionan, porque sienten que le están quitando la libertad, por lo cual tienen la tendencia a ir en contra. Por lo tanto, hay que trabajar su cerebro de otra manera y una de ellas es exponerlo a una orden inversa pero con sentido crítico.
Pero finalmente la sociedad dirigida por la iglesia necesita orar, rendirse a Dios para que Él tome los corazones y los sensibilice para entender la dimensión de la realidad actual.
Este clamor debe ser por los poderosos y por los menesterosos. Los primeros para que aprendan a dar y los últimos para que aprendan a esperar; Debe ser por los trabajadores que se exponen, para que el señor guarde sus vidas del contagio y de la insensibilidad de una comunidad que los empieza a estigmatizar, sobre todo a los profesionales de la salud; debe ser por el señor presidente y sus ministros para que les dé sabiduría para que tomen las mejores decisiones para el país; debe ser por los dirigentes del país (alcaldes y gobernadores) para que no se roben ni un solo peso, y toda la ayuda sacada y recolectada por concepto de la emergencia sea llevada a la casa de las familias vulnerables y no a las casas de sus amigos y de ellos en particular; debe ser por las mujeres, niños y jóvenes para que no sean objeto de violencia intrafamiliar y terminen con heridas emocionales, psicológicas o muertos físicamente por su familiar; debe ser por todo el pueblo para que deje de pecar contra Dios, para que se humille y se vuelvan de sus malos caminos, para que se obedezca la palabra de Dios y se viva para él.
Por lo anterior, en medio de está cuarentena es el momento de salir de las casas (comodidad, entretenimiento, ignorancia, arrogancia, pecados) e ir a la presencia de Dios y derramar el alma, Él dará su ayuda y sanará la tierra.
2 Crónicas 7:14 dice: …si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Mil bendiciones