El mecanismo de protección al cesante está dirigido a las personas que se quedaron desempleadas.
Uno de los requisitos para acceder a este mecanismo es haber estado vinculado a una caja de compensación. Quienes lo ofrecen son las cajas de compensación: se trata de ayudas económicas y asistencia laboral para desempleados.
“En los últimos tres años durante 12 meses, pueden ser continuos o discontinuos, dice Jaime Alejandro Espinosa”, coordinador de subsidios Compensar.
Las inscripciones se realizan en las cajas de compensación Familiar.
Según el viceministro de Empleo, Andrés Uribe Medina, para aplicar al subsidio se debe presentar la certificación de desvinculación laboral a la caja de compensación para poder acceder al beneficio para desempleados.
Los beneficios otorgados son: aportes a salud y pensión durante seis meses, bono de 207.000 mil para comprar alimentos y capacitación para volver al mundo laboral.
“Le damos el beneficio por los seis meses y se puede volver a solicitar luego de 3 años”, puntualiza Espinosa.
En 2018, se otorgaron 400.000 millones de pesos en este tipo de subsidio.
Los otros beneficios:
Las hojas de vida son incluidas en bolsas de empleo y los aspirantes pueden acceder a vacantes que se acomoden a su perfil profesional.
Cifras de Asocajas dan cuenta de que, en este aspecto, las agencias afiliadas a las cajas de compensación familiar atendieron 57.512 empresas, las cuales reportaron cerca de 392.800 vacantes.
Además, han sido registradas unos 1,049 millones de hojas de vida, de las cuales 174.884 lograron adjudicarse alguna de las vacantes laborales ofertadas.