Por: Hubert Tarriba (Zoot, Esp.)
Hoy quiero referirme al discurso de nuestro presidente Gustavo Petro, quien el pasado 20 de septiembre del 2022, estuvo participando en la versión 77 de la Asamblea General de la ONU, el cual generó una ola de reacciones negativas de líderes políticos de la oposición, defensores de un modelo económico extractivista, y una arremetida descomunal de algunos medios de comunicación y algunos seguidores de los gobiernos tradicionales.
Lo primero es mi total respeto por las opiniones personales de quienes han descalificado el discurso. Descalificación sin el más mínimo análisis de las cifras oficiales, invito aquellos que tienen opiniones sesgadas y sectarias desde el punto de vista de su origen económico o político, o aquellos que promueven objetar un modelo de gobierno sostenible y democrático “COLOMBIA POTENCIA MUNDIAL DE LA VIDA” que solo van 45 días de posesionado y deben dejarlo avanzar por el bien de todos los colombianos. Los invito a deponer los ánimos personales y analicemos las realidades del país.
Ayer escuchando el discurso, donde el presidente afirmaba el fracaso de la Lucha antidrogas y también de la crisis climática en Colombia, Latinoamérica y el Mundo, decía; “el consumo del carbón y el petróleo en el Mundo se convirtieron en una adicción por el poder y el dinero, ¿qué es más venenoso para el ser humano?, ¿la cocaína, el carbón o el petróleo?
El poder ordena que la cocaína es el veneno y debe ser perseguida, así ella cause mínimas muertes por sobredosis, en cambio el carbón y el petróleo deben ser protegidos así su uso pueda extinguir a toda la humanidad, estas son las cosas del poder Mundial”.
Si analizamos estas palabras, el llamado es a reorientar la lucha antidrogas desde la justicia social, la educación, protección de los recursos naturales y las oportunidades para la gente en el campo, y no seguir insistiendo en una lucha fratricida contra las drogas donde solo a los Colombianos nos ha costado muerte, destrucción y contaminación de nuestros suelos, selvas y aguas, afirmación no alejada de nuestra realidad, si evaluamos las siguientes cifras oficiales en Colombia, varios ejemplos se pueden citar.
Antes de iniciar el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez, Colombia registraba para el año 2001, 137.000 hectáreas de coca, y al final de su segundo periodo 62.000 hectáreas de coca en el año 2010, con una reducción 54,74 % del área sembrada, para el inicio del primer periodo del expresidente Juan Manuel Santos; el área sembrada de Coca en Colombia era de 64.000 hectáreas en el año 2011, el cual mostraba un incremento del 3,2 % con respecto al año 2010.
Para finales del segundo periodo de gobierno en el año 2018, el área sembrada fue de 169.000 hectáreas, alcanzando un incremento del 164% con respecto al inicio del primer gobierno de Santos. Ya en la era del expresidente Iván Duque en el año 2019 el área sembrada de coca era de 153.000 hectáreas, el cual presentó una reducción del 9.4 % en su primer año, y para el año 2020, un área sembrada de Coca de 245.000 hectáreas, y para el final del periodo de gobierno del Dr. Duque con 234.000 hectáreas en 2021.
Si hacemos un análisis de los últimos 20 años cuando apenas iniciaba el expresidente Álvaro Uribe Vélez y al final de su copartidario el Expresidente Iván Duque el aumento en la diferencia del área sembrada en coca fue de 97.000 hectáreas, quedando un área sembrada total para el 2021 de 234.000 hectáreas de coca, o sea que el porcentaje se incrementó en los últimos 20 años a un área sembrada en un 70.8 %, pregunto aquí; ¿Esto no es un fracaso de esta política de lucha contra las drogas?.
En este orden de cifras de los últimos 20 años también surge otra pregunta, ¿Cuánto gasta Colombia en la lucha contra las Drogas? Y sin incluir cuantos muertos. Buscando resolver esta pregunta encontré unas cifras no todas en el “Informe del gasto de gobierno de Colombia en la lucha antidrogas 2013, 2015”.
La respuesta corta es que, excluyendo el gasto en seguridad y defensa, el Estado colombiano gastó en 2015, 970.480 millones de pesos en la lucha contra las drogas. En 2013 esa cifra fue de 1.174.651 millones y en 2014 de $1.140.019 millones, que tal si citamos las de los últimos 20 años la cifra sería bien abultada.
¿Por qué es relevante responder a esta pregunta?, básicamente primero porque, se trata de un gasto importante, equivalente al 0,5% del gasto general de la Nación y que puede ser invertida en calidad de vida para los colombianos y segundo la respondo con una pregunta, ¿vale la pena continuar en una lucha en la cual hemos fracasado, o debemos reorientar la lucha a otras estrategias como la educación y oportunidades para la gente?