Recientemente el gerente Fondo de Adaptación Edgar Ortiz Pabón presentó una relación de las inversiones logradas por esta entidad en la Mojana. Entre esas acciones señaló la construcción de 2 obras de protección contra inundaciones en los municipios de San Marcos (Sucre) y Magangué (Bolívar).
Adujo que para este megaproyecto se tiene la disponibilidad por $108 mil millones, siendo que estás obras harían parte de una primera fase para recuperación de La Mojana.
El proyecto contempla dos etapas también, una primera consistente en terminar los diseños en detalle de las obras, fase que ya se suscribió, el pasado 3 de septiembre, con el acta de inicio el proyecto, firmada por el contratista Unión Temporal San Marcos 2020, esta primera etapa tiene un valor de 6.468 millones de pesos, un plazo de ejecución de 8 meses, por lo que vendría a terminar en mayo del 2021.
La etapa dos se refiere a la construcción de las estructuras de protección en los municipios, en San Marcos serían 12.8 kilómetros y en Magangué 8 kilómetros. Tiene un plazo de ser termina de 18 meses, en diciembre del 2022, en caso de ser terminada, es decir, el contrato deja abierta la posibilidad de que no se ejecute, por una condición resolutoria que se estableció.
Si el resultado de la etapa uno, que son los diseños, arrojan que el valor estimado de ejecución supere el presupuesto ofertado para la etapa dos, esta no se ejecutaría, sin que ello, de lugar a reconocimiento o indemnización alguna a favor del contratista.
Lo cierto es que el contrato firmado tiene un valor total de 77.963 millones, de los cuales 6.468 son de diseños, por lo que algunos piensan que el contratista adecuaría la ejecución de las obras a los recursos dispuestos y no a las reales necesidades de los municipios, entendiendo que las obras de protección deberían contemplar obras de impacto ambiental, pagos de intervención social, y entornos que se adecuen al ordenamiento territorial de los municipios, y no solo reforzamiento de murallas o diques.
Lo mejor, según algunos expertos, es que se brinden las garantías para que el contratista pueda realizar unos diseños pertinentes sin tener la presión del valor a contratar, garantía que debería dar el Fondo de Adaptación y de ser posible, ante cualquier un desfase de valor, tener el contratista la seguridad de ser los ejecutores previa designación de los recursos para una buena ejecución de obras.