La pandemia del Covid-19 no fue obstáculo para que los feligreses a la Virgen de la Candelaria demostrasen su devoción, ahora apegados a la virtualidad para algunos, porque dentro de los protocolos de bioseguridad se dio margen para cumplir con un aforo mínimo en las celebraciones eucarísticas que se realizan todo el día en la catedral Nuestra Señora de la Candelaria de Magangué.
Para cumplir con este punto los devotos debían inscribirse y apartar el cupo presencial, por lo que tradicionalmente se veía, una iglesia abarrotada y el cantico del himno de la Candelaria entonado por cientos de voces, será una nostalgia que podrá sentirse en el mundo virtual.
Aun así, muchas personas darán una vuelta por la Catedral, y podrá observarse un leve movimiento ciudadano bajo el control estricto de las autoridades que impiden cualquier aglomeración, la Virgen este año, resplandece de belleza, pero deberá quedarse en casa, atenta al llamado a la distancia de sus feligreses.
Pero para todos bajo la gracia de la Virgen de la Candelaria vendrán tiempos mejores, por eso el proyecto de ley para la declaratoria como patrimonio cultural de la Nación de las fiestas de la Virgen de la Candelaria, es un apego de alegría que ayudará a expandir estás fiestas.
Los promotores del proyecto Yamil Arana y Emeterio Montes han manifestado que este año el curso de aprobación seguirá, lo que permitirá que la Nación apoye desde el Ministerio de Cultura la realización de las fiestas.
La historia de estás festividades ya ha pasado por vicisitudes y a pesar de tiempos difíciles, la fé por el contrario ha aumentado.