La percepción ciudadana, para los que justifican este tipo de acciones, es que la acción policial es insuficiente o queda incompleta cuando el delincuente pasa a manos de la justicia (jueces), por lo que se ha extendido la llamada “paloterapia” en Colombia.
Piensan que se trata de una acción de defensa ciudadana contra el crimen, ante la impotencia que ocasiona la falta de herramientas jurídicas contundentes y ejemplarizantes, sumado a la inoperancia e ineficiencia (en algunos casos) policiva y la demora en el diseño, construcción y aplicación de planes de seguridad precisos, lo cual tiene que ser indefectible.
¿ Escarmiento para el criminal?
Este tipo de “escarmiento para el criminal”, la Corte ha determinado la importancia de la preservación de la vida y la aplicación de la justicia en el marco de la institucionalidad, en atención a un precepto constitucional que establece que nadie puede tomar justicia por su propia cuenta, pues para ello están los jueces y las instituciones legalmente constituidas. Quien lo haga fuera del orden y la ley no estaría exento de castigo.
Ya hemos tenido casos de “paloterapia” aplicada por la ciudadanía en la Región Caribe a ladrones, atracadores y rateritos, pero también existe la percepción que más es lo que dura la gente golpeando que las autoridades en soltarlos.
Y buena parte de esta situación se centra en los despachos, una investigación realizada en el 2017 encontró que tan solo un 18% de los juzgados logró un nivel de eficacia para resolver casos. En otras palabras, de un total de 5.295 juzgados que hay en Colombia, solo 953 están haciendo cumplidamente la tarea, pero no siempre de la manera correcta.
Pero el caso de la “paloterapia” no es propio de Colombia, en Suramérica, los cinco países cuyos ciudadanos más aprueban la justicia por propia cuenta son: Paraguay (42,3%), Perú (40%), Ecuador (37,7%), Bolivia (37,2%) y Colombia (29%).
Cuidado con la desinformación
De otro lado, hay que decir que la propensión de la ciudad por tomar justicia por su mano, tiende a ser también manipulada por diversos factores, una desinformación por ejemplo, la tendencia es asumir como cierta cualquier información que llega a través del celular. Y muchas veces el linchamiento o paloterapia no termina siendo físico sino moral, otro tema que preocupa.
Tal vez uno de los principales desafíos actuales para esta sociedad y sus instituciones sea lograr cimentar una cultura de uso responsable de estas fuentes de información, la cual debe comenzar por preguntarse si es veraz aquello que se va a replicar.
Preocupantes números crecientes
Una investigación de la Universidad Libre reveló el alto índice de desconfianza de los capitalinos a la administración de justicia. En seis meses 8.100 fueron retenidos por ciudadanos, y 300 murieron por agresiones.
Los casos de linchamientos a delincuentes por parte de la comunidad son cada vez más comunes en las distintas ciudades del país. En los recientes tres años, en Bogotá, alrededor de 300 personas murieron ajusticiados por los mismos ciudadanos que los atraparon en flagrancia
En Magangué
El fenómeno pisó tierras magangueleñas, el año 2018 por lo menos en cuatro casos intervenido la policía, se han destruido motos pertenecientes a los señalados, hasta el momento no se ha registrado un linchamiento mortal, pero cada vez es más la ciudadanía complaciente con la ‘paloterapia”.
Las autoridades por su parte mantienen el mensaje que ante cualquier hecho delictivo el ciudadano debe llamar a la policía, por el contrario, quien asuma la postura de tomar justicia por su propia mano, podría tener complicaciones con la justicia. Según algunos abogados el maltrato podría terminar beneficiando al delincuente, lo aconsejable en todo caso, de haber retención, es entregarlo a la policía.