Por Bernardo Ramírez del Valle
Recién elegido como presidente de la república, el líder del Pacto Histórico, Gustavo Petro Urrego, dijo a la prensa que para lograr las transformaciones que les prometió a los colombianos se requerían tres períodos presidenciales. Por supuesto, estas declaraciones levantaron ampollas en la oposición por lo que el presidente debió aclarar que no aspiraría a la reelección pero que esperaba que los presidentes que lo sucedieran continuaran su agenda estratégica de gobierno “Colombia Potencia Mundial de la Vida” proyectada al largo plazo para el periodo 2022 – 2034. Es decir, el primer periodo presidencial es el suyo (2022 – 2026) y los dos restantes el de los presidentes que espera elegir por el Pacto Histórico (2026 – 2030 y 2030 – 2034).
Coincidentemente, siete años antes (2015), un candidato a la alcaldía de Magangué, Pedro Alí Alí, le propuso a los magangueleños una agenda estratégica de gobierno que denominó “Magangué Pa´lante” donde proyectó inversiones para la ciudad y el municipio de largo plazo (2026 – 2027). La diferencia temporal entre estas dos agendas estratégicas, es que el primer periodo de gobierno de la agenda de Petro se inició el 7 de agosto de 2022 y terminará el 7 de agosto de 2026 mientras el último periodo de gobierno de la agenda de Pedro se inicia el 1º de enero de 2024 y termina el 31 de diciembre del año 2027.
Esta curiosa comparación permite comprender que las agendas de gobierno, cuando son estratégicas (proyectadas al largo plazo), no necesariamente se cumplen en un periodo de gobierno (cuatro años) pues muchas propuestas, por ser prospectivas, dependen de condiciones futuras de modo, tiempo y lugar que pueden darse en el corto, mediano o largo plazo. Por ejemplo, en el caso de la agenda de Pedro, el SENA no pudo construirse en el cuatrienio de su gobierno sino en el siguiente, pero correspondió a él su gestión, firma de convenio y entrega del lote. La construcción del alcantarillado, por lo menos en su primera etapa (prolongación del colector final y planta de tratamiento en Yatí) quedó diseñada en el gobierno de Pedro y deberá ejecutarse en el próximo periodo de gobierno; la variante Camilo – Santafé incluida en la agenda estratégica de Pedro y gestionada a nivel nacional, se encuentra en ejecución preliminar; el Hidroparque Baracoa, que Pedro había conseguido los recursos por $15 mil millones, no pudo hacerse por problemas ambientales de la ciénaga. La instalación del servicio de gas natural en los corregimientos incluida en esa agenda, quedó gestionada y financiada en su gobierno, pero su instalación se dio en el actual presidido por un alcalde de su mismo movimiento político.
Otra coincidencia paradojal entre PEDRO y PETRO es que la propuesta de Petro de hacer “alianzas público – populares” con las juntas de acciones comunales –JAC para la construcción de vías, el PAE y el mejoramiento de viviendas, ya Pedro las había hecho desde el año 2016 inicialmente para el mejoramiento de viviendas (Plan Zapatico) y en la pavimentación de más de 400 vías urbanas, calles que su movimiento político “La Revolución Comunitaria” ha continuado en el presente periodo sumando más de 200 vías. Es más, Pedro propone extender estas alianzas público-comunitarias a los sectores de seguridad ciudadana, generación de autoempleo, recursos hídricos y alimentos.
¡Vaya historia paradojal la de Pedro Petro!