En cuidados intensivos, con pronóstico reservado y necesitando urgentemente un ventilador que le permita respirar, se encuentran todos los medios de comunicación regionales, que pareciera pretenden ser aniquilados por el centralismo del gobierno nacional en medio de la emergencia sanitaria.
Este es el panorama desolador que hoy viven empresarios y comunicadores de las regiones que han sido ignorados y posiblemente condenados a morir por el gobierno del presidente Duque, quien entregó el manejo de la pauta en medio de la crisis a las empresas de publicidad, que ignoraron de plano a los medios regionales y concentraron su contratación en los medios capitalinos, condenándolos así a una crisis que los puede llevar a su desaparición.
Lo que el gobierno no sabe o lo sabe, pero lo ignora, es que esos medios nacionales en donde concentro la pauta publicitaria, no tiene ni incidencia, ni credibilidad en las regiones y pasan desapercibidos para las comunidades en las capitales y municipios en donde son los medios regionales, los que tienen la mayor audiencia en la población como lo demuestran las diferentes mediciones de empresas especializadas.
Ya el Procurador General de la Nación dio el campanazo de alerta cuando en un trino dijo que “el derecho a la información no puede ser víctima del coronavirus” y pidió directamente al Estado –léase gobierno Duque- garantizar su supervivencia con medidas concretas.
De igual manera esta propuesta recibió el respaldo de la representante a la Cámara María José Pizarro quien dijo que “los medios y los periodistas en las regiones y ciudades capitales no se pueden convertir en víctimas del coronavirus”.
La Defensoría del pueblo también se ha pronunciado en ese sentido, pero el único que no ha recibido el mensaje o no lo ha querido recibir y entender el llamado de auxilio, ha sido el gobierno nacional.
La situación se entiende cuando se analiza que los grandes medios de comunicación llámese prensa, radio o televisión con sede en la capital de la república, son propiedad de los grandes grupos económicos del país y también en ellos tienen manejo la ortodoxa y desgastada clase política colombiana, que sin lugar a dudas busca en esta emergencia no solo sacar dividendos políticos sino económicos.
Esa es una verdad que no se puede desconocer.