POLITICAZOS. De Joaquín Romero Calle
Sí, la cabuya moral extendida después de publicar las declaraciones de la ex esposa del hijo de Petro, no alcanza a ahorcar la dignidad del Presidente, ni de su gobierno. Nosotros, votamos, para la instauración de una gestión decente de ejecutorias de gobierno, que procurasen, bienestar para la sociedad colombiana. A eso le apuntamos y eso defendemos.
La ex esposa del hijo de Petro, resentida por el abandono y rompimiento sentimental, que le prodiga su compañero o pareja conyugal, lleva a conocimiento de cierto medio de comunicación, presuntos hechos delictuosos, según el trabajo periodístico, de Nicolás, el primogénito del actual primer mandatario de la Nación.
Que el actual diputado del Departamento del Atlántico, recibió billete turbio -dinero caliente- le llamaron a esa moneda, en tiempos de Luis Carlos Galán. Que dicho aporte económico, provino de personajes que han tenido resonancia en el país, como actores destacados, en el tráfico de drogas y contrabando de licores y cigarrillos y en corrupción en contratación pública. Según, era plata para la campaña presidencial, que se quedó depositada en los bolsillos de Nicolás.
El medio, gran medio por el poder económico del cual procede y por la vastísima dotación tecnológica, con la cual opera, la tiene convertido, en eso: medio poderoso, que tiene como propósito, por lo menos, desprestigiar, como sea, los actos de gobierno Del Cambio. De allí, el inmediato despliegue, a la entrevista de la ex esposa de Nicolás Petro.
Ni siquiera valoraron, cuánta, la entereza de las afirmaciones de la despechada mujer: le acabaron el matrimonio y la desmontaron de una lujosa camioneta. Ella misma lo afirma. También, muy enfáticamente expresa que, Petro padre, ignora los pasos de Petro hijo. Y de estar en lo cierto, ella estaba, asimismo, ocupando espacio en ese escenario. Es decir, era parte de los negociados, o por lo menos, testigo excepcional.
En consecuencia, el gobierno Petro, nada tiene que ver con las actuaciones de Petro hijo; éste, es un particular, frente a la administración, que, del Estado, tiene bajo su responsabilidad, Petro padre. Y ninguna vinculación objetiva, aparte de lo filial, tiene Petro hijo, con esa carga misional. No buscaron a los terceros mencionados, para confirmar la noticia.
Además, cuando, hipotéticamente, se cometieron los delitos, si acaso los hay, Petro padre, no era Presidente. Era candidato. Y lo sucedido, de haber acontecido, eran, acciones de campaña electoral, no sabidas, menos, autorizadas, por Petro padre.
Dignamente, Petro padre, envía a conocimiento de la Fiscalía General de la Nación, los hechos, para que los investigue dicho órgano de control punitivo. Así, Petro padre, calla “jetas” y vuelve gelatina, escritos de opinión en su contra. En síntesis, la bulla, la hacen con Nicolás; pero, la cabulla, busca al cuello gubernamental -teleobjetivo- de Gustavo. Esto, que se tome como ejemplo, para alertar, en cuanto a la intromisión de doña Verónica, en los asuntos del gobierno.
Ojo, que no vaya a resultar víctima de un montaje, que seriamente, ponga en peligro, la estabilidad Del Cambio. No echen en saco roto, que, en contra de Gustavo Petro, por odio multiclase*, votaron diez millones y medio colombianos.
*Multiclase. De todas las clases sociales.