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“Pandemia” de hambre es la gran amenaza en el mundo, el coronavirus multiplicó una realidad

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Los efectos económicos de la crisis del coronavirus pueden llevar a una catástrofe humanitaria, duplicando la cifra de personas que padecen hambre en el mundo, llegando a cerca de 265 millones.

“Estamos al borde de una pandemia de hambre de dimensiones bíblicas”, advirtió este miércoles (22.04.2020) el director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, David Beasley. El impacto económico de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 podría provocar este año una grave crisis alimentaria en una treintena de países y duplicar a 265 millones el número de personas que padecen hambre en el mundo.

En los países centroamericanos de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, así como en Haití y Venezuela se registró el mayor número de personas con inseguridad alimentaria aguda en América Latina y el Caribe en 2019, indica Anna Ricoy, Oficial de Gestión de Riesgo de Desastres de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Aparte de condiciones económicas desfavorables y eventos climáticos extremos, la situación migratoria desde Venezuela hacia Colombia y Ecuador fueron las principales causas de la crisis alimentaria en la región, explica en entrevista con DW.

“A medida que aumenten los casos de infecciones en países vulnerables, la crisis sanitaria se podría ver agravada por una crisis alimentaria. La salud humana es muy importante, pero es también fundamental proteger los medios de vida agrícolas y rurales ahora”, opina Ricoy.

La experta de la FAO señala que las personas que padecen hambre ya se encuentran debilitadas físicamente, por lo que su salud podría verse mayormente comprometida por el impacto de COVID-19. “Si las personas se enferman o se ven limitadas por restricciones, se les impedirá trabajar su tierra, cuidar a sus animales, ir a pescar o acceder a los mercados. Sin ingresos, podrían verse obligadas a vender activos (animales, barcos de pesca) por dinero en efectivo, o comer semillas en lugar de replantar. Algunas podrían incluso necesitar abandonar sus cultivos”.

Venezuela, un caso extremo

De acuerdo con el PMA, en 2019, Venezuela fue uno de los diez países en el mundo donde se registraron las peores crisis alimentarias. Geoff Ramsey, director para Venezuela de la ONG de derechos humanos WOLA, explica que años de corrupción y una mala gestión económica por parte del gobierno venezolano han llevado a la actual situación alimentaria en el país sudamericano. “Desde 2017, esto fue agravado por las sanciones financieras y petroleras impuestas por el gobierno de Estados Unidos”, dice a DW.

Según la organización humanitaria alemana Diakonie Katastrophenhilfe, unos siete millones de personas en Venezuela dependen de ayuda humanitaria para sobrevivir y varios millones sufren hambre. A raíz de la hiperinflación, los venezolanos no obtienen suficientes alimentos a cambio de su dinero. Con el cierre de las fronteras y las restricciones de viaje, medidas para frenar el avance del coronavirus, se ha vuelto casi imposible importar alimentos en la misma cantidad que antes de la pandemia, a los mismos precios o incluso de forma autoorganizada.

En entrevista con DW, Thomas Beckmann, de Diakonie Katastrophenhilfe, hace hincapié en que las personas mayores se ven doblemente afectadas por la COVID-19: por un lado, el nuevo coronavirus es más peligroso para este grupo y, por otro, los jubilados se ven especialmente golpeados por la pobreza, por encima del promedio nacional, puesto que la inflación prácticamente aniquila sus bajas pensiones.

En caso de que ya no sea posible conseguir alimentos en Venezuela, la organización humanitaria alemana insiste en que será necesario distribuir directamente la comida a los necesitados. “Para ello serían necesarias excepciones humanitarias al confinamiento, para que esa ayuda se pueda organizar y coordinar. Además, es importante que las instituciones de salud apoyen programas especiales de combate a la desnutrición”. A mediano plazo, recomienda que se impulse una producción alimenticia descentralizada para que los venezolanos tengan suficientes alimentos para el consumo propio, pero también excedentes que puedan intercambiar con otros.

Recortes salariales y despidos en Europa

Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió el martes que “la crisis del Covid-19 está teniendo un efecto devastador en trabajadores y empleadores”, a través de “pérdidas masivas en la producción y el empleo en el país” en todos los sectores.

“El mundo del trabajo atraviesa la peor crisis internacional desde la Segunda Guerra Mundial”, dijo Alette van Leur, directora de políticas sectoriales de la OIT.  “Es probable que el impacto económico de la pandemia sea grave y duradero”, aseveró.

En Europa, la desaceleración económica causada por el virus podría afectar en última instancia los empleos de 60 millones de trabajadores, entre salarios reducidos y despidos, advirtió el martes la firma de investigación McKinsey.

La pandemia podría “casi duplicar la tasa de desempleo europea en los próximos meses”, resaltó la consultora estadounidense.

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