Sin duda la gente está preocupada, nadie lo duda, te lo dicen en la calle, a pesar de saber que están infringiendo la cuarentena decretada por el gobierno, y que podrían estar en riesgo de contraer el coronavirus. Nadie quiere que se expanda más, pero, están en la calle, aglomerados, no toman precauciones, aun así te dicen que si les preocupa el covip-19.
Para responder al cuestionamiento del porque están afuera, apelan a la necesidad económica, y cuando se pregunta por las ayudas del gobierno municipal, departamental y nacional, pues discuten que ellos no los toca como beneficiarios, y que no ven otra opción sino la de salir a buscar el día a día.
Igualmente, dicen que ven a los demás salir, y que hay poca restricción en movilidad; aún así en el caso de Magangué, aunque se observan sitios aglomerados, sobre todo sector del parque de las Américas, hay una reducción del casi 60% de la movilidad normal diaria, aunque esos márgenes cada día se reducen y día a día se ve más movimiento en los sectores céntricos de la ciudad.
En redes sociales se critica este hecho y puntualizan a que haya mano dura y amonestación para los infractores, porque siguen sin asumir que la cuestión también va con ellos y se saltan las restricciones bajo las que todos vivimos en estos días.
Ya hoy día se observan vendedores informales, compradores, negocios abiertos, filas, grupos de personas sentadas charlando muy cómodamente, pero en otros escenarios critican porque el aislamiento obligado atenta a su forma de sostenerse el día a día.
El alcalde de la ciudad, Carlos Cabrales, lo ha dicho constantemente cada vez que habla para los medios, habla de los mercados, de los subsidios, de los controles, de los comparendos, de lo terrible que va a golpear a Magangué, de que no habrá donde enterrarlos, de las órdenes a la policía y a los militares para mayor exigencia cumplimiento, de inflexibilidad, pero aún gran parte de la población no acata del todo la cuarentena.
Inclusive, durante la cuarentena se trazaron estrategias “Por favor, conserven un metro de distancia”, decía, megáfono en mano, un policía que trataba de mantener ordenadas las largas filas, se pitaban los sitios para cobrar los subsidios, pero aparentemente cuando no hay policía, y hay una voz de control, cada persona hace el bulto asumiendo que no hay riesgo.
Las principales críticas eran de lo “laxo” el decreto presidencial de la cuarentena, y porque “la gente está saliendo porque no tiene un sustento. Pero aún con las medidas del gobierno de Iván Duque se siguen registrando aglomeraciones.
Según datos de octubre del Departamento Administrativo Nacional de Estadística —Dane—, en Colombia hay más de 5,6 millones de trabajadores que obtienen su sustento de la economía informal, y en las ciudades alcanzan una tasa del 47 % de la fuerza laboral, y esas personas se quedan sin medios de subsistencia por la cuarentena.
Esto no solo se vive en Colombia. En Inglaterra, por ejemplo, a pesar de que el metro de Londres había cerrado casi 40 estaciones y había reducido sus servicios, hoy estaba completamente lleno de gente. De acuerdo con el medio ‘CNN’, videos difundidos por redes sociales muestran el servicio público aglomerado.