Estados Unidos anunció el miércoles el envío al Caribe de barcos de guerra, aviones y fuerzas especiales para combatir el narcotráfico que está saliendo de Venezuela.
La noticia la dio el propio presidente estadounidense, Donald Trump, desde la Casa Blanca y acompañado por el secretario de Defensa, Mark Esper.
Aunque no se dieron detalles específicos, Estados Unidos duplicaría con esta movida su pie de fuerza en la región con despliegues no solo en el Caribe, sino también en el océano Pacífico. De acuerdo con Esper, la misión estaría respaldada por otros 22 países, entre ellos Colombia.
“Mientras los gobiernos y las naciones se concentran en el coronavirus hay una creciente amenaza de que los carteles, los criminales, los terroristas y otros actores malignos van a tratar de explotar la situación para su beneficio”, dijo Trump.
Esper, por su parte, relacionó el anuncio a Venezuela al decir que “el pueblo sufre de manera tremenda dado el control que ejerce (el presidente Nicolás) Maduro y su control criminal sobre el país, y los narcotraficantes se están aprovechando de este vacío de la ley”.
El nuevo despliegue se da una semana después de que fiscales en Estados Unidos anunciaron cargos por narcotráfico contra Maduro y otras 14 personas de su entorno cercano.
Esta nueva maniobra del gobierno de Trump contra el régimen chavista también se produce en momentos en que Maduro intensifica los ataques y persecución al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó. Tarek William Saab, fiscal general de la dictadura, citó a Guaidó a declarar este jueves como parte de una investigación sobre un supuesto intento de golpe de Estado. El presidente de la Asamblea Nacional (AN), no obstante, adelantó que no acudirá a la fiscalía: “No tiene mucho sentido (la citación) cuando (William Saab) ni siquiera tiene funciones (…) Además, mis prerrogativas constitucionales como presidente del Parlamento y presidente encargado no le dan ninguna función (a Saab), y mucho menos a un usurpador para citarme”.
Estados Unidos ha dicho desde el comienzo de la crisis que si el régimen arresta a Guaidó, eso equivaldría a traspasar “una línea roja”.
De acuerdo con varias fuentes en Washington, Estados Unidos llevaba varios meses planeando esta nueva ofensiva naval y área en esta zona. Y si bien es cierto que desde hacía varios años el Comando Sur venía pidiendo este tipo de despliegue para controlar el flujo de drogas que van rumbo a Estados Unidos, es claro que también están mandando un “mensaje” al régimen de que Washington aún mantiene todas las opciones sobre la mesa.
La Armada de Estados Unidos respaldó este miércoles las acciones que realiza el Comando Sur en la lucha contra el narcotráfico en el hemisferio americano.
A través de Twitter, la fuerza militar norteamericana lanzó una contundente advertencia a los grupos delictivos que operan en la región: “Los encontraremos”.
Las autoridades indicaron que el buque USS Detroit “está desplegado para la lucha contra el tráfico ilícito de drogas en el Caribe y el Océano Pacífico”.
Por su parte, Maduro dijo en el programa Con el mazo dando de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, que Trump “trató de desviar la atención (…) creando una escalada de declaraciones y agresiones” contra Venezuela. “No lo han logrado ni lo van a lograr”, afirmó.
Y el canciller venezolano, Jorge Arreaza, señaló que “Venezuela repudia las infamias proferidas por el gabinete de seguridad de Trump (…). Sin embargo, saluda que al fin EE. UU. tome acciones para controlar sus vulnerables y descuidadas fronteras de la droga proveniente del narcotráfico colombiano”.
El régimen venezolano publicó horas antes un comunicado en el cual “repudia enérgicamente las declaraciones hechas por Donald Trump, su secretario de Defensa, su fiscal general y otros funcionarios de su equipo de seguridad, quienes en un intento desesperado por desviar la atención de la trágica crisis humanitaria que experimenta ese país como consecuencia del errático manejo de sus autoridades ante el Covid-19, pretenden agredir a Venezuela con infamias y amenazas”.
No es la primera vez que Washington envía embarcaciones de guerra cerca de Venezuela. En enero de este año, el USS Detroit realizó un ejercicio de libertad de navegación en aguas internacionales justo enfrente del límite marítimo de este país.
Lo que movió EEUU
En el mar, se desplegarán destructores misilísticos de la clase Arleigh Burke, columna vertebral de la marina estadounidense, que operarán tanto en frente a las costas de Venezuela como también en el Pacífico. No estaba claro, sin embargo, cuantos de estas naves serán empleadas.

Se trata de buques concebidos en la década de 1980 y que aún se siguen produciendo. La marina cuenta con 67 de estas naves de poco más de 9.000 toneladas de desplazamiento con una tripulación de unos 300 marineros y oficiales. Polivalentes por diseño y pensadas para la guerra, están armados con misiles de crucero, misiles antiaéreos, cañones, ametralladoras y torpedos, entre otros sistemas, y pueden llevar hasta dos helicópteros MH-60 Seahawk.
También pertenecientes a la marina de Estados Unidos serán empleados los buques de combate litoral clase Freedom, uno de los cuales, el USS Detroit, ya participó en enero en operaciones en el Caribe frente a las costas venezolanas.
A diferencia de los destructores Arleigh Burke, estas naves están diseñadas para patrullar en zonas costeras y no para despliegues en altamar. Desplazan unas 3.500 toneladas con una tripulación de 65 marineros, y su armamento es más modesto y consiste de cañones, ametralladores y misiles antiaéreos. Pueden también llevar un MH-60 Seahwak.