Por José Dolores Berrio
Región Cañahuate. Ni siquiera las calles repletas de barro por el invierno y la indolencia administrativa que en su afán de figurar solo le hecho barro amarillo y rojizo a las destartaladas calles del casco de San Benito Abad pudo evitar la asistida procesión de El Señor de Los Milagros en su fiesta para los nativos.
En medio de las calles intransitables por el barro y la indolencia de una administración fallida y embaucadora, los feligreses del Milagroso acompañaron la concurrida procesión para los villeros por las principales calles del municipio demostrando de esta manera su fe y devoción por el santo más milagroso del mundo.
Aún así la devoción de los san benitinos por su imagen sagrada no se detuvo, ya que creen tanto en ella, que piensan que solo el Cristo Milagroso les podrá hacer el milagro de iluminar la mente de los habitantes mayores de edad para que se sacudan de las malévolas empresas politiqueras que se han anclado en el poder y tienen el descaro de querer perpetuarse en el poder mediante la nueva aspiración del cuñado del fallid alcalde.
Para la gran mayoría de los san benitinos la actuación del mandatario local de vaciarle barro a las calles y no regarla con las maquinarias apropiadas sino con palas se convierte en un acto miserable y burlesco que demuestra una vez más la falta de voluntad política y de planeación para ejecutar las obras que tanto requiere el pueblo. Esto demuestra claramente, lo mal que el gobierno de Retomemos el camino, en su tercer periodo administrativo, ha tratado al pueblo villero.