Robert Nesta Marley, más conocido como Bob Marley, nació un 6 de febrero en Nine Mile, Saint Ann, Jamaica, en 1945. El gran músico, guitarrista y compositor jamaicano, líder de las bandas de ska, rocksteady y reggae The Wailers (1964-1974) y Bob Marley & The Wailers (1974-1982).
Un episodio que marcó su vida profesional
En los años 70 Jamaica vivía un empeoramiento de su ya típica violencia política; la situación degeneró en una guerra civil callejera entre pandillas de pistoleros militantes de los dos grandes partidos políticos tradicionales, el Partido Nacional del Pueblo (socialista democrático) y el Partido Laborista de Jamaica (centro-derecha conservador). El Ejército y la Policía de Jamaica tomaron las calles, pero no pudieron contener la violencia entre los dos bandos enfrentados.
Bob Marley era entonces un pacifista apolítico en Jamaica, un músico ya consagrado y un auténtico propulsor de la fe rastafari. Decidió entonces, participar en un concierto gratuito en el Parque de los Héroes Nacionales de Kingston, el 5 de diciembre de 1976 para promover la paz y la reconciliación nacional, y así ayudar a frenar la violencia. Pero sectores del entonces opositor Partido Laborista de Jamaica criticaron el concierto porque pensaban que estaba parcializado y en realidad era un acto de apoyo al primer ministro y líder del Partido Nacional del Pueblo, Michael Manley (señalado como amigo de Bob Marley); de hecho Michael Manley era el organizador detrás del evento.
Después del anuncio del concierto, el gobierno de Manley convocó elecciones para el día 15 de diciembre (en un claro intento de sacar provecho político del mismo en plena campaña electoral). El 3 de diciembre de 1976, dos días antes de “Smile Jamaica”, Marley, su esposa Rita, Lewis Griffith y el mánager Don Taylor fueron heridos en un atentado por pistoleros desconocidos dentro de su casa en 56 Hope Road, Jamaica; se piensa que el atentado fue una represalia de los sectores políticos que rechazaban el concierto por su supuesto carácter de apoyo al gobierno de Manley, aunque algunos creyentes en teorías conspirativas barajan la posibilidad de que estuviese la CIA involucrada (ya que Michael Manley se había acercado mucho a la Cuba de Fidel Castro).
Marley fue herido por disparos de arma de fuego en el pecho (muy cerca del corazón) y un brazo, su esposa Rita en la cabeza, Lewis Griffith en el estómago y el mánager Don Taylor también fue hospitalizado por cruzarse en la línea de fuego.
Afortunadamente después de un tiempo se recuperaron por completo. Dos días después del atentado, Marley se montó en la tarima y cantó. Cuando le preguntaron el porqué, él dijo: «La gente que está tratando de hacer este mundo peor no se toma ni un día libre, ¿cómo podría tomarlo yo? Ilumina la oscuridad». Fue la última presentación de Marley en Jamaica durante los próximos 18 meses. Temiendo otro atentado, dejó el país para irse a vivir a Londres, donde grabó su siguiente álbum, Exodus, uno de los más importantes de su carrera y del reggae.
“El dinero no puede comprar la felicidad”.
Era 1981. Después de ocho meses luchando sin éxito contra el cáncer, Bob Marley tomó un avión de regreso a Jamaica. Durante el vuelo desde Alemania, sus funciones vitales comenzaron a fallar. Cuando el avión aterrizó, tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital pues necesitaba atención médica inmediata. Murió en el Cedars of Lebanon Hospital, ahora Hospital Universitario de Miami, en la mañana del 11 de mayo de 1981, a la edad de 36 años. La expansión del cáncer que comenzara como un melanoma en su piel y la metástasis producida en sus pulmones y cerebro fueron la causa de su temprana muerte. Las últimas palabras fueron a su hijo Ziggy Marley le dijo: “El dinero no puede comprar la felicidad”.
Bob Marley recibió un funeral de estado el 21 de mayo de 1981 que combinaba elementos de la Iglesia ortodoxa etíope con los de la tradición rastafari. Fue enterrado con su guitarra Gibson Les Paul roja (algunos dicen que en realidad se trataba de una Fender Stratocaster) en una capilla próxima al lugar en donde nació.
El primer ministro de Jamaica, Edward Seaga, fue el encargado de pronunciar el panegírico del funeral. Dijo:
«Su voz fue un grito omnipresente en nuestro mundo electrónico. Sus rasgos afilados, su aspecto majestuoso y su forma de moverse se han grabado intensamente en el paisaje de nuestra mente. Bob Marley nunca fue visto. Fue una experiencia que dejó una huella indeleble en cada encuentro. Un hombre así no se puede borrar de la mente. Él es parte de la conciencia colectiva de la nación.» y diríamos … del mundo.
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