La posibilidad de información del periodista hace que este oficio ejerza una gran influencia sobre la opinión pública a modo general.
Algunos observadores definen al periodismo como el “cuarto poder”. Sin embargo, la evidente influencia del periodismo en la sociedad ha permitido también el desarrollo de una deontología profesional conocida como ética periodística, constituida en una serie de normas y deberes éticos que guían la actividad del periodista. Constantemente se está moldeando este concepto, y básicamente los estudiosos han planteado que la misma se fundamente únicamente en el hecho de decir la verdad, sin mayor ataduras, conceptos o intereses.
Aunque el periodismo se debe caracterizar por ser objetivo mas no subjetivo, también en la practica la tendencia es respetar la valoración que el periodista haga acorde a sus propios criterios éticos, sobre todo cuando se trata de periodismo de opinión. Mas el hecho de plantear su verdad no desfigura su rol ético. Más el periodismo de reportaje se encasilla en mostrar lo más objetivo los hechos que describe.
Para ello existen varios principios que guían la labor del periodista, el principal de los cuales es el respeto por la verdad, el rigor en la búsqueda de la información fidedigna y verificable. En general, se considera buen periodista al que consigue información relevante, breve y exacta en el menor tiempo posible y quien trasgrede estos principios se convierte en un mercader, chantajista o extorsionador.
Periodistas o medios de comunicación, muchas veces utilizan la extorsión para vender su información o acomodar la “verdad”.
En algunas circunstancias medios de comunicación o periodistas pasan la raya al chantaje, haciendo saber a otro que se dispone a publicar, denunciar o revelar un hecho o conducta cuya divulgación puede perjudicarlo personalmente a un tercero con quien esté estrechamente vinculado, trata de timarlo o comprar su silencio, la acepción verbalista entiende al chantaje como amenaza de pública difamación o daño semejante que se hace contra alguien, a fin de obtener dinero u otro provecho.
Muchas veces es difícil descubrir estas anormalidades en el mundo del periodismo, sobre todo cuando hay situaciones, donde la opción de las circunstancias debe permitir una reflexión del contexto, pero aparte de ello, el hecho de que la verdad sea definida por el interés propio es otra cosa, una es el contexto y otra es que se utilice el periodismo para chantajear o maquillar la verdad.
Lo cierto es que los mismo lectores, oyentes o usuarios reconocen lo creíble de la manifestación de los que trabajan en el periodismo y del propio medio de comunicación. El deseo de hacer daño a alguien motiva una versión falsa de la verdad, como también el deseo de valorar lo que no es cierto, también implica que la gente reconozca estos hechos.
El valor que tiene un periodista o medio de comunicación es su nombre, la credibilidad y eso se lo da el manejo de la verdad.
Aquí un texto de Manual de Ética Periodística
http://eticaperiodistica.info/wp-content/uploads/2018/09/Manual_Etica_V6.pdf