La situación del fenómeno del Niño preocupa a las autoridades del departamento de Bolívar y es que los niveles bajos del rio Magdalena están a punto de superar registro histórico en los últimos 20 años. 23 municipios de Magdalena, Cesar y Bolívar en alerta. Barrancabermeja – Gamarra; La Gloria – Gamarra; El Banco – La Gloria (Matecaña) y Pinillos, Bolívar.
A este último, precisamente llega el gobernador de Bolívar a buscar soluciones inmediatas a la grave situación de sequia que vive esta comunidad.
Los residentes del municipio de Pinillos en el sur de Bolívar sostienen que la erosión causada por las embarcaciones grandes, primordialmente remolcadores, han ocasionado la desaparición de varios corregimientos del Municipio.
“El río se ha sedimentado producto de una canalización que al parecer la Naviera fluvial provocó en el caño Pedro Carlos. Unas cuatro hectáreas hacia abajo de Pinillos están los corregimientos de Nueva Esperanza y las Brisas, comunidades que han desaparecido debido a la resequedad. Se ha buscado la forma para que los reubiquen y ha sido imposible por las autoridades competentes” señaló un residente del municipio.
Los líderes de Pinillos, agregan que la sequía del río, ha ocasionado el estancamiento de las aguas y su descomposición, la cual amenaza con convertirse en un problema de salubridad. De igual manera, afirman que este problema ha traído desabastecimiento de los productos básicos que han aumentado sus costos.
“Es una lástima ver el puerto principal del municipio de Pinillos reducido al lodo, porque el río magdalena se ha perdido. En la parte superior de la orilla principal se abrió un canal, el cual se ha convertido en otro río que ha desviado el caudal natural del Magdalena. Invitamos a las autoridades departamentales y nacionales para buscarle una solución pronta porque los daños son grandes” sostuvo Ubadel Rojas, líder del municipio de Pinillos.
Los compromisos de la Gobernación
“Al municipio de Pinillos el Gobierno lo tiene olvidado, hace un año que el gobernador nos visitó para dar una solución, ya los habitantes no saben que es peor, si la sequía o el invierno, porque los dos fenómenos golpean fuerte la zona”, dijo Erasmo Hernández, líder social y vocero de la comunidad.
Según cuenta, los bajos niveles del río han provocado estancamientos en algunas zonas, lo cual puede convertirse en un problema de salubridad. De igual manera, arma que este problema ha traído desabastecimiento de los productos básicos que han aumentado sus costos.
El día 21 de febrero de 2018, los habitantes se reunieron con: Dumek Turbay, gobernador de Bolívar, Marcos Pérez, alcalde de Pinillos; Roberto Ramírez, presidente de Fedenavi; Alfredo Varela, director nacional de Cormagdalena; Rodolfo Martínez, personero municipal; Víctor Gómez, comandante de Policía de Bolívar; coronel Jaime Fontecha, comandante del Batallón Fluvial de Infantería de Marina N.º17; Elver Velaides, presidente del Concejo Municipal de Pinillos y representantes de la comunidad.
De esa reunión, “quedó un pliego de peticiones, en el cual se identicaba la situación y quedaron compromisos que debían cumplir las partes involucradas y no se han cumplido al día de hoy”, contó el líder social.
Ahora lo que los habitantes de la comunidad piden es que esos compromisos sean revisados y actualizados para “buscar una solución con la problemática, ya que las afectaciones son muchas”, dijo Hernández y agregó que “las peticiones que se le hacen al gobierno son puntuales para poder llegar a los acuerdos”, enfatizó.
El gobierno departamental declaró de calamidad pública
La gobernación de Bolívar en consecuencia a esto, ha declarado varias zonas del departamento en calamidad pública, por el fenómeno del niño.
Esta decisión fue tomada por el mandatario departamental luego de una reunión de Comité Ampliado de Gestión del Riesgo, el martes 8 de enero, donde organismos de socorro, alcaldías municipales y Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), entre otros, le plantearon la necesidad urgente al Gobernador de Bolívar para que esta declaratoria se hiciera de manera inmediata.
“El pronóstico nos permitía pensar que finales de enero era cuando íbamos a sentir con todo el rigor los efectos de la sequía, del verano y toda esa variabilidad climática generada por el fenómeno de El Niño. Sin embargo, todo se adelantó”, explicó Turbay Paz.
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