Desde La Orilla del Mar : J. J. Rubiano
Es claro y no queda la menor duda que las declaraciones del Comandante del Ejército Eduardo Zapateiro a través de seis trinos en la red social de twitter en donde fustiga a un candidato a la presidencia, es una clara violación de lo establecido en nuestra carta política que en su Artículo 219 señala: “Los miembros de la Fuerza Pública no podrán ejercer la función del sufragio mientras permanezcan en servicio activo, ni intervenir en actividades o debates de partidos o movimientos políticos” y su trino es una intervención en la contienda política que se avecina.
Dice la historia que los militares en Colombia no han participado en la política y su tarea se ha concentrado en defender la nación y su Estado de Derecho, pero nunca a intervenir o participar en política y aquellos que han osado hacerlo, han sido destituidos o llamados a calificar servicios.
Casos se han vivido en los gobiernos de los presidentes, Guillermo León Valencia, Belisario Betancur Cuartas, Carlos Lleras Restrepo, Ernesto Samper, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, quienes en su momento destituyeron o llamaron a calificar servicios a militares de alto rango que en su momento “osaron” o pretendieron inmiscuirse en política.
Sin lugar a dudas las declaraciones del General Zapateiro mírense por donde se miren se constituyen en una verdadera afrenta al Estado de Derecho de nuestro país y son injustificables e indefendibles.
Pero si las declaraciones de Zapateiro causaron estupor, conmoción y preocupación más delicado y preocupante es el respaldo a las mismas que le dio el presidente Duque, lo que desde ya deja abierta la puerta para un golpe militar en Colombia.
Claro que la posición de Duque es entendible porque el mismo se ha encargado de controvertir los fallos de la Corte Constitucional y de violar las normas establecidas.
Si lo que quiere el militar activo es participar abiertamente en política lo que debe es pedir su retiro voluntario de la fuerza y como ciudadano del común, hacer uso de la libre expresión consagrada en nuestra Constitución, esa que el mismo vulnero con sus trinos.
Más que los ciudadanos del común que estamos en la obligación de cumplir con nuestra Constitución, es un deber de los militares que juraron su cumplimiento, no es un favor el acatarla.
Llegamos a esta deplorable situación por la sencilla razón que desde que se inició este gobierno se rompió el equilibrio de poderes, y es por eso que hasta ahora y muy seguramente no lo hará o si lo hace nunca habrá un resultado, La Procuradora, “ficha del gobierno” no ha aperturado de oficio una investigación contra ningún funcionario público que deliberada y abiertamente ha intervenido en política empezando por el mismo presidente, claro que en este caso ya dijo que aperturo investigación pero ya sabemos en que parara la misma.
La situación es tan delicada por los trinos del general y el respaldo del presidente y su partido, que ya está circulando un derecho de petición del abogado Augusto Ocampo a Zapateiro en el que palabras más o palabras menos le dice que le conteste si respetara el resultado de las urnas el próximo 29 de mayo en caso que el ganador sea Gustavo Petro.
No solo volvieron trizas los acuerdos de paz, la economía y el equilibrio de poderes, sino que ahora también quieren volver mierda la Constitución. Y eso que no querían que nos volviéramos como Venezuela.
Ahora se entiende la frase que desde el año anterior puso de moda el partido de gobierno y que ahora viene a tener sentido; OJO CON EL 2022 y es que al parecer no se trataba de las elecciones, sino del anuncio anticipado de “un golpe de estado” para poder mantenerse en el poder.