En el evento de homenaje presidido por la Sociedad Portuaria de Magangué al viceministro de agricultura Juan Gonzalo Botero, quien fungió como director de Cormagdalena entre los años 2000 – 2003, quien fue el que trabajó en la formulación y ejecución del proyecto de la terminal, y quien fue el que entregó en concesión por 20 años a esta sociedad el manejo de la infraestructura en agosto del año 2009, se habló de la situación actual de la terminal de transporte fluvial de pasajeros de Magangué.
En su intervención Bernardo Ramírez del Valle, actual gerente de la Sociedad Portuaria expresó rotundamente que los días del transporte fluvial de pasajeros en la depresión Momposina están contados.
Habló de una concesión que ha tenido una ejecución accidentada, describió que solo se han aprovechado cuatro del contrato de concesión, según solo desde el año 2015 fue cuando se empezó a recibir ingresos tras la construcción del del muelle y hubo un traspaso de las empresas transportadoras fluviales a la terminal.
Planteó que la falta de control al transporte fluvial por parte de las autoridades, los siete meses de paralasis de las labores por el Covid-19, la perdida de 255 mil pasajeros fluviales por la entrada en vigencia del puente Magangué – Bodega, y de la ejecución de vías como las obras de la Carretera Loba entre Botón de Leyva – Hatillo de loba, y proyecto vial de la carretera entre Magangué – la Mojana sucreña, hacen posible pensar en que los días del transporte fluvial en la depresión Momposina están contados
Por lo que planteó la reinvención del proyecto para salvar la terminal de transporte de Magangué, que deberá convertirse en un potencial de turismo fluvial, donde hay capacidad para poder hacerlo.