La Cuarta Via

Todo acerca de la posesión de Joe Biden y la respuesta a ¿cómo quedarán las relaciones con Colombia?

En la Cuarta Vía

Joe Biden asumió el miércoles como el 46º presidente de Estados Unidos y prometió “un nuevo día”, después de cuatro tumultuosos años de gobierno de Donald Trump, quien, ausente en la investidura, se fue de Washington con la promesa de regresar “de alguna forma”.

Con la mano izquierda sobre una Biblia familiar, Biden, de 78 años, prestó juramento ante el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, comprometiéndose a “preservar, proteger y defender la Constitución”.

“Hoy es el día de la democracia”, dijo en un frío pero soleado mediodía en una capital federal blindada.

En su discurso, el veterano político afirmó también que Estados Unidos enfrenta “el surgimiento del extremismo político, la supremacía blanca, el terrorismo doméstico”, pero aseguró que estas amenazas van a ser derrotadas.

Kamala Harris, de 56 años, juró el cargo momentos antes ante la jueza progresista Sonia Sotomayor, convirtiéndose en la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos.

“Es un nuevo día en Estados Unidos”, había tuiteado más temprano Biden, quien, en una señal de unidad, fue a misa en una iglesia católica junto a los líderes demócratas y republicanos del Congreso.

Los actos de investidura, en los que Lady Gaga cantó el himno nacional y Jennifer Lopez interpretó el clásico “This Land Is Your Land”, se realizan bajo fuertes medidas de seguridad luego de la toma del Capitolio por simpatizantes de Trump hace exactamente dos semanas.

Relaciones con Colombia

La gran pregunta es como quedará Colombia con el nuevo gobierno de Biden, tras la apuesta política del partido de Duque a Trump; esto ha generado debate y hasta se insinuó que eso tenía que ver con que a Duque la Casa Blanca no lo haya invitado al cato de posesión, lo cual es falso.

Según un artículo de Colombiacheck, Duque no fue llamado a participar de la ceremonia porque en Estados Unidos, contrario a lo que ocurre con las posesiones de los mandatarios en Latinoamérica, no es costumbre invitar a presidentes extranjeros a este acto protocolario.

Según Lara Brown, directora de la escuela de graduados de Gestión Política en la Universidad George Washington, quien habló en un video sobre los preparativos de la inauguración presidencial, los mandatarios extranjeros son invitados usualmente a los eventos oficiales, pero no necesariamente a la ceremonia.

“Eso tiene que ver con la creencia de de larga data de Estados Unidos y con el discurso de despedida de George Washington que sugiere que realmente Estados Unidos no debería tener ningún tipo de aliados u oponentes permanentes; que al final del día, queremos que nuestro presidente empiece su mandato como una especie de libro abierto y un jugador neutral que va a entrar y participar en la política exterior como mejor le parezca”, además, agrega Brown se debe también a que quieren proteger la ‘santidad’ de esas relaciones diplomáticas y que no se empiece a especular “¿Qué significaría si este asistiera y este no?”, explicó la académica.

Pero lo que despertó alarma fue el anuncio de Michelle Manat, asesora demócrata de Estados Unidos, quien hace menos de 15 días materializó los temores. En entrevista con CNN, aseguró que no se descarta que el Congreso de ese país abra una investigación formal por la aparente injerencia de funcionarios colombianos en la contienda presidencial. “Fue una prueba en la elección pasada, de intereses colombianos y de otros, que querían ver hasta dónde podían llegar. Si no frenamos esto van a hacerlo aún más en 2022 y en adelante”.

Para Julián Arevalo –decano de la Facultad de Economía de la Universidad Externado y quien es experto en negociación de conflictos, construcción de Estado y democratización–, bajo esas acusaciones Colombia “inicia con el pie izquierdo” su relación con el nuevo mandatario. Según el analista, a diferencia de Trump, se espera que la administración Biden centre su atención en América Latina y en problemáticas de la región.

Lo más seguro es que las mayorías de Senado y Cámara demócratas le darán espacio a una ajustada agenda de derechos humanos y el compromiso que debe asumir Colombia ante las preocupaciones por los crímenes de líderes sociales y excombatientes, así como el uso de recursos financieros y técnicos del Estado para perseguir a la oposición”, agregó Sanguino (Alianza Verde).

De hecho, desde la oposición hay quienes insisten en que el primer paso para recomponer las relaciones es la salida del embajador Santos: “Es insostenible”, dice Sanguino. No obstante, el funcionario le confirmó a El Espectador que fue invitado a la posesión a través de la Embajada en Washington y que asistirá. Ante el pedido de renuncia, desde el Partido de la U el senador Berner Zambrano –también integrante de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores–, invita al embajador a evaluar la situación y hacer un “examen de conciencia” de si es conveniente o no para el país que permanezca en el cargo.

La capital militarizada

Unos 25.000 efectivos de la Guardia Nacional y miles de policías de todo el país han sido desplegados en Washington, donde el tráfico está cortado en el centro de la ciudad, que ofrece una imagen de campamento militarizado.

El caos desatado el 6 de enero, durante la certificación del Congreso de la victoria electoral de Biden, dejó cinco muertos y provocó una histórica segunda acusación de Trump por parte de la Cámara de Representantes controlada por los demócratas, esta vez por “incitar a la insurrección” en un extraordinario acto frente a la Casa Blanca antes de la toma.

La ausencia de Trump en la posesión de mando de su sucesor marca un hito en más de 150 años de tradición republicana, pero su gobierno estuvo representado por el vicepresidente saliente, Mike Pence. Los expresidentes demócratas Barack Obama y Bill Clinton y republicano George W. Bush también acompañaron a Biden y a Harris.

Con el público en general impedido de asistir por la pandemia, 200.000 banderas fueron plantadas en la explanada del National Mall en representación de las multitudes ausentes.

El presidente de mayor edad en jurar el cargo, Biden, que llega a la Casa Blanca en su tercera postulación y luego de haber sido ocho años vicepresidente de Obama, tiene ante sí enormes desafíos por la pandemia de covid-19, que ya se ha cobrado más de 400.000 vidas en Estados Unidos.

Harris, hija de inmigrantes indios y jamaicanos, se convirtió en la mujer con el puesto de más alto rango en la historia de Estados Unidos y en la primera persona negra y de raíces del sur de Asia en ser vicepresidente.

Ella y su esposo Doug Emhoff, el primer “segundo caballero” de Estados Unidos, fueron acompañados a la toma de posesión por Eugene Goodman, un policía negro del Capitolio que durante el asalto de los manifestantes trumpistas contuvo a la turba, en su mayoría blanca.

Con la capital en alerta máxima por amenazas de actos violentos, la Corte Suprema, ubicada frente al Capitolio, recibió una amenaza de bomba por la mañana, pero tras las revisiones no se evacuó el edificio.

“Bienvenido”, dicen fans a Trump

Trump llegó a su club Mar-a-Lago en Florida poco antes de la solemne inauguración del mandato de Biden.

Cientos de partidarios del exmandatario bordeaban la carretera que lo conducía a su futura residencia agitando banderas de su campaña electoral y de Estados Unidos. Una incluso tenía una palabra insultante para Biden, según constató un periodista de AFP.

“Bienvenido a casa”, dijo uno de los simpatizantes. “Trump 2024”, dijo otro. “Te amamos”, coreaba el grupo.

También había algunos carteles pro-Biden. Uno dirigido a Trump decía: “Estás despedido, perdedor”.

Al despedirse más temprano en la Base Conjunta Andrews en las afueras de Washington, con 21 disparos y la entonación de la canción “Saludo al jefe”, Trump dijo que habían sido “cuatro años increíbles”.

“Hemos logrado mucho juntos”, afirmó. “Volveremos de alguna forma”, aseguró.

Trump, de 74 años, ha insinuado que se presentará nuevamente a la presidencia en 2024. Pero su juicio político en el Senado, aún sin fecha fijada, podría inhabilitarlo para ocupar un cargo en el futuro.

Un portavoz de la Casa Blanca dijo que Trump, siguiendo la tradición, le había dejado una carta a Biden en la Oficina Oval.

Antes de despegar en el Air Force One con “My Way” de Frank Sinatra sonando en los altavoces, Trump no se dirigió a Biden por su nombre pero le deseó a la próxima administración “mucha suerte y mucho éxito”.

El magnate inmobiliario republicano, que se negó a aceptar su derrota durante más de dos meses asegurando sin pruebas que le habían robado la reelección, nunca felicitó a Biden por su victoria.

Decretos

Joseph Robinette Biden Jr., hijo de una familia católica irlandesa de clase media, asume el mando con el objetivo de unir a un país dividido y en medio de una crisis sanitaria y económica sin precedentes.

El veterano político prevé comenzar su mandato con 17 decretos para revertir políticas que marcaron la gestión de su predecesor, entre ellas el retorno al Acuerdo de París sobre el clima y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y establecerá nuevas pautas en materia de inmigración, medioambiente, covid-19 y economía, según sus colaboradores.

También pondrá fin a la cuestionada prohibición de Trump a los visitantes de varios países de mayoría musulmana. Y detendrá la construcción del muro que Trump ordenó en la frontera entre Estados Unidos y México para frenar la inmigración ilegal.

Un hito en esta vuelta de página en Estados Unidos es que el principal inmunólogo del país, Anthony Fauci, participará en una reunión del Consejo Ejecutivo de la OMS el jueves.

Para limitar la propagación del virus, Biden firmará un decreto para que sea obligatorio el uso de mascarillas en los edificios federales y para los empleados del gobierno central.

Fiebre de indultos

La madrugada del 20 de enero, horas antes de dejar la Presidencia, Trump otorgó indultos a 73 personas y conmutó las sentencias de otras 70 personas.

Entre los indultados está su exasesor Stephen Bannon, acusado en agosto de 2020 de estafar a ciudadanos que donaron dinero para construir el muro en la frontera con México.

Trump también puso fin a último minuto a la prohibición de que los funcionarios de su administración actuaran como cabilderos, una orden que había emitido con fanfarria al comienzo de su presidencia cuando prometió “drenar el pantano” de Washington.

Sin embargo, ni Trump ni sus familiares recibieron indultos, en medio de especulaciones de que podría usar la táctica legalmente dudosa de un perdón preventivo para defenderse de futuros cargos.

En una decisión muy esperada por los venezolanos en Estados Unidos, Trump también decidió a último minuto aplazar por 18 meses la deportación para los afectados por “la situación de deterioro” provocada por el “gobierno autocrático” de Nicolás Maduro. Lo hizo después de que Biden trazara las líneas de lo que será una ambiciosa reforma migratoria que necesita el aval del Congreso.

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