La Cuarta Via

Uribe y Vargas Lleras con todo contra los asalariados. Reforma Laboral II

En la Cuarta Vía

POLITICAZOS. De Joaquín Romero Calle

Alvaro Uribe Vélez y Germán Vargas Lleras, como burgueses de primera línea, materializando aquella clasificación marxista de las clases sociales, muy decididamente, han salido a combatir las propuestas gubernamentales, que persiguen, mejorar el nivel de ingresos de los asalariados colombianos. Propuestas, que no son más, que pliego de peticiones sindicales que, según la fresca Margarita, que funge de Procuradora General de la Nación, el gobierno intenta objetivar, en contra de toda la sociedad.

El control disciplinario preventivo, ¿o administrativo, o fiscal o penal? que la Procuradora trata de aplicarle a este proyecto de ley, conocido como Reforma Laboral, es asunto nunca visto, en el panorama Estatal nuestro. Además, por sí sólo, confirma, al servicio de quién, está la Procuraduría: de aquella clase política, que representa o vocera privilegios económicos. Demuestra la servidora pública, enemistad natural de clase, en contra de quienes, viven de la venta de su fuerza de trabajo, estamento de donde, ella, implícitamente, se excluye.

Uribe, autor de modificaciones laborales, que diezmaron significativamente, los ingresos de los trabajadores, principalmente, de aquellos de la base de salario mínimo y que enriquecen a los empresarios, ahora, se proclama defensor de tales trabajadores. Y preocupado, porque, las nuevas condiciones del trabajo, a futuro, se vuelvan irrealizables y entonces, nos toque vivir lo de Venezuela, con sus leyes del trabajo. Esta tesis del expresidente, bien podría considerarse, como, “castrochavismo devaluado”.

Uribe, entonces, plantea la idea de un acuerdo intersectorial: Estado, inversionistas y trabajadores, para aumento de salarios, mediante acuerdo quinquenal, es decir, cada cinco (05) años. Acuerdo que, obviamente, el empresariado no cumplirá. Este empresariado, en la actualidad, practica la economía, bajo vulgares mecanismos de conveniencia, no bajo el imperio de los principios de ciencia. Conveniencia para ellos, obvio. Una muestra de esto, es, con respecto al aumento del salario mínimo

Todo primero de enero, aun antes, cambian los precios públicos de mercancías y servicios, porque, a partir de ese día, rige, una nueva remuneración mínima, con ocasión del incremento decretado por el gobierno nacional. Por principios de ciencia, los precios públicos, deberían subir, cuando el trabajador, por haber recibido más plata, puede comprar más. Y a esto le llaman, inflación por demanda. Y la que se genera a partir del primero de enero, inflación por producción.

Esto conlleva, a que habría alzas sucesivas de precios, sin que el empleador o prestador de servicios, haya todavía, gastado más plata, en la inversión requerida por el negocio. La inflación por demanda, es ciencia. La de producción, es, perversa conveniencia. Frente a la idea de Uribe, el empresariado, aumentando precios, para al quinto año, alegar que hay que cuidar, la confianza inversionista. Y no puede haber subida de salario, que atente contra el empleo y el emprendimiento en el mercado.

Vargasllé, si se quiere, utiliza casi igual vocabulario al de Uribe. Se acabará el empleo formal. Crecerá la informalidad. Las empresas quebrarán. Entre el 68 y el 90, tiempo de vigencia de las prestaciones sociales, derivadas del contrato de trabajo, que acabaron los presidentes neoliberales, económicamente, no se fundieron empresas, por pagar tales cargas o pasivos laborales. Por una razón sencilla, eso lo paga el consumidor o usuario, en lo que se llama precio público. Ahí están incluidos los costos de producción o de prestación del servicio.

Por lo tanto, no es cierto, lo que afirma Vargasllé, de que empresa que no pueda absorber todos esos gastos, quiebra. Mentiras. El empresariado, no absorbe gastos. Los traslada al comprador del bien o usuario del servicio. Y qué cosa. Ni los dueños de los capitales, ni los economistas que los asesoran y defienden, nunca hablan de esa transferencia de costos al que compra o usa servicios. Siempre, se quedan en el sambenito: pagamos impuestos, creamos empleos y generamos riquezas.

Es verdad, que pagan impuestos, pero con plata ajena, no de ellos. Es verdad, que crean empleos, con los cuales, explotan la mano de obra, compensándola, con salarios que permiten la plusvalía de Marx;  y crean empleos, por necesidad de que el capital se reproduzca. Capital que no se reproduce, se marchita, como las acciones de la Procuradora: nacen muertas. Y es verdad, que generan riquezas, pero, para su patrimonio particular. Aguantemos aquí.

Seguiremos comentando.

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