Ya se dio el primer campanazo de alerta, de una bomba de tiempo que en Colombia está por explotar hace mucho tiempo, pero que con la crisis generada por el Covida-19, acelera su explosión; la crisis de hacinamiento en las cárceles colombianas.
Sucedió la noche anterior en seis centros penitenciarios de las ciudades entre ellos Ibagué y Bogotá, en donde en ciertos pabellones se presentaron amotinamientos por parte de los reclusos –que como seres humanos que son- tienen la misma preocupación de los colombianos por la pandemia del coronavirus.
Se habla de un muerto y varios heridos, pero las cifras aún son confusas y no hay un pronunciamiento oficial por parte del gobierno nacional o la dirección del Impec.
La gran realidad es que en este país hay una gran deficiencia en materia carcelaria y la mejor prueba de ello es alto número de hacinamiento que hay en todos los centros carcelarios del país, en donde en algunos casos llega a más del 150% el hacinamiento.
No es un secreto que además del hacinamiento, en las cárceles hay problemas de alimentación y de salud, sin contar los elevados niveles de corrupción al interior de las mismas, algo que no se puede ocultar y que todo el mundo lo conoce.
El gobierno nacional tiene que actuar de manera inmediata porque a esos colombianos que hoy están privados de la libertad, los acoge también los derechos humanos y no se les puede poner en riesgo.
Ya hay propuestas sobre la mesa como la de enviar a domiciliaria a condenados que no registren peligrosidad.
Así mismo de plantea la posibilidad de dar casa por cárcel a las personas que no hayan sido condenadas y sus procesos estén apenas en investigación.
Las cárceles colombianas no tienen un buen sistema salubridad y mucho menos de sanidad. Los alimentos que allí se preparan no se hacen de la manera más higiénica.
¿De qué sirve que se restrinjan las visitas, si los guardianes de las cárceles viven entrando y saliendo de las prisiones y su única protección es un simple tapabocas?
Es urgente que el gobierno tome medidas y que estas sean ya.
Mañana puede ser muy tarde para muchos colombianos que están privados de la libertad.